En La Lomota no se reponen de ametrallamiento de jóvenes

<P>En La Lomota no se reponen de ametrallamiento de jóvenes</P>

LA LOMOTA. Altamira. Puerto Plata. Dos años después de escuchar el “tableteo” de  las metralletas y presenciar las ráfagas disparadas con distintas armas, los residentes en esta comunidad, que divide este municipio con Navarrete, no se reponen del impacto de ese episodio ocurrido en febrero del 2006.

Ese día, tres de cuatro jóvenes, que llegaron a esta comunidad, del lado de Navarrete, fueron acribillados a tiros por un contingente de 20 policías, en momento en que compraban alimentos en un colmado propiedad de Cirilo Ruales, sin que hasta ahora se conozcan las causas de ese hecho.

Un cuarto integrante del grupo, de acuerdo a lo expresado por el agricultor Dámaso Cabrera, quedó mal herido, siendo recogido por los agentes, y posteriormente fue hallado muerto cerca de la rotonda que está a la entrada del municipio de Navarrete, por la carretera que conduce a Altamira.

La semana pasada, un grupo de periodistas de Santo Domingo, Nagua y esta provincia vino a esta comunidad  con el propósito de indagar al respecto, por su similitud con el caso ocurrido en Paya, Baní, donde siete extranjeros fueron acribillados a balazos por militares dominicanos ligados a una red internacional de narcotraficantes.

El grupo de comunicadores, que dirigen periódicos digitales, lo integraron Jhonny Alberto Salazar, de Vida Dominicana.Com, en Nagua, provincia María Trinidad Sánchez; Genris García, de Vigilante Informativo.com y Robert Vargas, de Ciudad Oriental. com, en Santo Domingo, así como Humberto Francisco, de Puerto Plata Digital.com, entre otros, recibió amplias informaciones en torno a este suceso que llenó de miedo a los pobladores de esta localidad.

Inicialmente se afirmó que habían sido nueve los jóvenes ejecutados en una operación.

El comerciante Ruales recuerda que estando junto a su esposa Erinia López, atendiendo su colmado, alrededor  del mediodía llegaron al cuatro jóvenes en motocicletas RX 115, color negro, y solicitaron salami, queso, refrescos y otros artículos, “los cuales devoraban con ansiedad, porque al parecer estaban muertos del hambre”.

Señala que momentos después llegaron al colmado, en varias camionetas, alrededor de 20 policías, supuestamente de la DNCD, comandados por varios oficiales. Los  agentes  sacaron a los jóvenes del colmado,  “agarrados por el cuello de la camisa y les dispararon a mansalva”.

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Una acción rápida

Tres de los jóvenes  murieron al instante y el otro quedó mal herido, según explicó el comerciante Ruales.

“Ésta fue una acción rápida llevada a cabo por esos policías, los cuales luego descargaron por varios minutos las armas que portaban, lo que provocó un pánico colectivo entre las personas que residen próximo a nuestro negocio”, explicó.

Ruales reveló que tan pronto escuchó los disparos que mataron a esos jóvenes optó, junto a su esposa, por lanzarse al suelo y, según recuerda, duró varios días que no escuchaba nada debido al fuerte tableteo de las metralletas.

Dijo que los policías recogieron los cadáveres y se los llevaron con rumbo desconocido, no sin antes ser advertido por los oficiales que comandaron la operación. “Aquí no ha pasado nada. Si usted es molestado de ahora adelante, no vacile en llamarnos”.

Dijo que todavía no se reponen de este  acontecimiento.

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