Continúan con aparente normalidad los trabajos propios de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), mientras que varios exfuncionarios de esta son investigados por la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), acusados de integrar una supuesta mafia que operaba a lo interno y que se dedicaba a extorsionar a los contratistas con las obras.

Tras el suicido del contratista David Rodríguez, dentro de esa institución, el pasado 25 de septiembre y que dio pie al proceso en contra de varios exempleados, se han implementado algunas medidas de seguridad para evitar que personas penetren al recinto, con armas de fuego.

En la entrada se ha instalado una puerta detectora de metal y dos personas revisan a los que arriban con algún tipo de bolso.
En el día de ayer se apreciaron a varios ingenieros que llegaban y salían con folders en mano.

De los abordados por HOY, dijeron acudir a entregar cotizaciones, otros a gestionar líneas de crédito, pero nada “extraordinario”, aclararon.

Según los empleados asignados a la oficina de libre acceso a la información, esta sigue dando servicio rutinario, igual que los demás departamentos que son los que suministran las informaciones solicitadas por los ciudadanos.

Tras el escándalo varios sectores han pedido el cierre de la Oisoe, por entender hay duplicidad con otras instituciones.