En la TV nacional; ¡cuánta cochambre!

En la TV nacional; ¡cuánta cochambre!

En estos días en los cuales por fuerza obligada me he visto postrado en una cama, los únicos entretenimientos posibles son la lectura y ver la televisión. No me había percatado cuántos canales dominicanos existían, algunos con programas regulares y otros con contenido improvisado, de mala calidad y con pretensiones inauditas.

No sé al organismo que le compete la regularización de la programación, aunque sí sabemos que INDOTEL es uno de ellos.

Las telenovelas y enlatados que se suceden uno tras otro, es increíble, ya que nunca imaginé tanta vacuencia. Pero los peores son aquellos que pretenden ser analistas políticos, en donde priman los periodistas denominados “bocinas del partido”, los cuales en lugar de examinar con equidad los acontecimientos de mayor relevancia, despotrican contra una oposición inexistente, mas por si acaso se curan en salud.

Los interventores solistas carecen de tópicos y siempre “llueven sobre mojado”. De su parte los dúos son más de lo mismo pero repetido, lo cual deja sin calificar a los panelistas que por ser un número mayor, estos empalagosos y faltos de originalidad nos llenan de tedio, por lo que siempre tenemos el control en la mano para cambiar el canal.

Dentro del vía crucis que debemos soportar están las cuñas de políticos verdaderamente desconocidos pero que están en la mejor disposición de sacrificarse por la Patria.

En estos días de “asueto forzoso”, he comprobado que las cuñas, de tanto repetirlas hasta la saciedad, hacen un efecto negativo al mensaje que quieren destacar, lo cual solo me recuerda los libros comunistas chinos en los cuales el mensaje de Mao se repetía hasta la saturación que completa el ciclo de embrutecimiento de los que reciben el mensaje.

Los actores son de variadas parcelas políticas, algunos de los cuales parece “pitecántropos erectos” en donde la lingüística, la gramática y la dicción dejan mucho que desear. Pobres de aquellos que por una razón u otra deban soportar a estos, los cuales son calificados por la UNESCO de analfabetos funcionales. Solo se salvan honrosas excepciones de personas que se han capacitado para desarrollar sus propósitos.

Si existiese un verdadero control de los diferentes programas que se pasan por la TV, estamos seguros que en la prueba de edificar y educar al pueblo serían reprobados en un 90%. Los sufridos televidentes se merecen una programación en la cual puedan sacar hechos positivos o resultados provechosos para aquellos que deban por cualquier razón escuchar y ver estos denigrantes y degenerativos programas.

Hace unos años había un programa, creo que dual, radial y televisivo, en donde el productor a veces “asesinaba” las palabras confundiendo los vocablos por significados que no correspondían a lo que se quería enunciar. Por eso recuerdo la célebre frase que expresó Corpito Pérez al referirse a ese señor y me imagino que a muchos más “hasta hablando comete faltas de ortografía”. Basado en este último postulado es que hacemos un llamado a las autoridades que deben corregir estos entuertos y para asegurar el nivel educativo del pueblo dominicano, porque si no lo ejecutan nos volvemos “unos analfabetos funcionales”.

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