PREVENIR

Para reinterpretar un proceso que te aflige, abre tu mente a la opinión ajena, desaloja los pensamientos negativos y mira adelante con optimismo. Cuando sufrimos un revés de la vida, solemos caer en el error de dejarnos bloquear por nuestros pensamientos negativos, que a su vez crean sentimientos negativos. Y eso lo sentimos en la tripa, como dolor, angustia, nudo, etc.
La primera reacción es encerrarnos en nosotros mismos, “nadie puede entenderme, prefiero que no me den consejos si no están en mis piel”, infravalorando la opinión ajena. O “claro, no sabe lo que yo siento porque nunca le ha pasado lo que a mí.” Grave error.
Ante la llegada de la supuesta desgracia, hay que suspender el juicio y mantener plena atención a lo que llega, a la vida que fluye, a las aperturas que alivian la presión del alma, confiando en la acción inesperada.
Pronto comprobaremos que tras la perturbación, habiendo roto el viejo orden, el universo pone en nuestra vida posibilidades insospechadas.
En el libro Cuentos para aprender a aprender, de José María Doria, nos invita a ver el lado bueno de las dificultades, aunque a primera vista podría parecer que todo pierde su rumbo.