República Dominicana cuenta con un sistema bancario de solidez y disciplina bajo reglas funcionales a cargo de autoridades de reconocida experiencia y una saludable continuidad en la aplicación de los cánones y criterios que rigen.

En tan positivo marco, tiene presencia de todo relieve el Banco de Reservas, que celebra ochenta años de estar al servicio del país administrando buena parte del ahorro nacional en útil y legítima captación de utilidades a través de su extendida relación con una multiplicidad de usuarios. La banca es motor de la economía en apoyo a la producción, el comercio y el consumo.

Tratándose de una dinámica fuente de medios de cambio con estatus de patrimonio del Estado, el Reservas es por definición un instrumento financiero y monetario de roles básicos en los planes desarrollistas del sector público al que se debe, con atención a renglones empresariales en función de su magnitud y peso específico o porque resulte prioritario socialmente respaldar emprendimientos modestos y medianos.

A los frutos que tradicionalmente se derivan de sus políticas crediticias conjugadas a su papel de depositario y canalizador de recursos para ejecutorias gubernamentales, se suman los énfasis que en ocasiones, como la presente, coloca Banreservas en la llamada «responsabilidad social corporativa». Sus iniciativas de auxilios y patrocinios dirigidos a diferentes causas y necesidades de la colectividad merecen un reconocimiento adicional.

Tener presencia en toda la c0lectivad es meta esencial del sector financiero

Banreservas logra reconocimiento con agenda de servicios sociales

Más que una extensión estatal es herramienta desarrollista