A simple vista parece  una exageración del presidente del Codia, el ingeniero José Espinosa Féliz, eso de afirmar que mas del 90% de las obras que se construyen en República Dominicana son ilegales debido a que carecen de supervisión y de la correspondiente licencia que debe otorgar el Ministerio  de Obras Públicas y Comunicaciones, lo que no solo pone en riesgo la calidad de esas edificaciones sino también la vida y propiedades de quienes las habitan. Sin embargo, el escalofriante dato es producto de una investigación realizada por ese gremio  a partir de los censos del 2002 y el 2012, así como de los proyectos aprobados en el ministerio de Obras Públicas en el mismo período, que también arrojó que en el país se construyen cada año alrededor de 112 mil viviendas con diferentes tipos de materiales, incluidas las que se fabrican con madera y tablas de palma, muy populares en nuestras zonas rurales, y otras materias primas. Nuestra mala costumbre  de dejar crecer  los problemas hasta que se vuelven  tan grandes que resulta muy difícil, para no decir imposible, resolverlos, sigue imponiéndose, y algún día tendremos que pagar a muy alto precio las consecuencias de tanta indolencia. Por eso lo único que puede hacerse ante la denuncia del presidente del Codia es encomendarse a la Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano, para que nos libre de un terremoto como el que arrasó con todo lo que estaba en pie de aquel lado de la frontera.