En mares y en tierras

En mares y en tierras

He leído ayer, en la página dos del periódico “Hoy”, una nota biográfica escrita con motivo del aniversario de la muerte de Francis Drake. El final de la nota dice: “valorado en Inglaterra como corsario, honrado como héroe, fue nombrado caballero por la reina Isabel I en recompensa a sus servicios a la corona inglesa”. Como bien se sabe, Drake tomó la ciudad de Santo Domingo en 1586; exigió como rescate el pago de 25,000 ducados. Se dice que las damas residentes en la entonces colonia española se despojaron de collares, sortijas, brazaletes, para contribuir al pago del “tributo”.

El Tratado de Basilea, firmado entre Francia y España en 1795, es un “acuerdo internacional” citado mil veces por nuestros historiadores. España cedió entonces a Francia su dominio sobre la parte Este de la isla de Santo Domingo. Francia “devolvió” a cambio los territorios españoles ocupados al sur de los Pirineos: en las provincias vascongadas, en el Norte de Cataluña. ¿Cómo no iba España a “ceder” una islita perdida en el océano para recuperar su territorio fronterizo con Francia? El tratado no se ejecutó, en lo tocante a la isla, hasta 1801, cuando Toussaint invade, en nombre de Francia, con el pretexto de cumplirlo.

Algunos intelectuales dominicanos se entretienen en discutir si la RD es un “desprendimiento” del imperio colonial francés; o si Haití es un antiguo pedazo del imperio colonial español. El Tratado de Basilea tuvo algunos “artículos secretos” –de carácter político y ganadero-, que no viene al caso comentar hoy. Sólo diremos que la “secretividad” y los abusos de poder acompañan la política caribeña desde hace varios siglos. Quizás sea útil recordar estos sucesos mientras en La Habana se celebra la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

Declaraciones recientes de dos dignatarios de primer rango inquietan hoy a los habitantes de la parte de la isla “cedida” en 1795. El cardenal arzobispo de Santo Domingo ha dicho que “lamenta que un grupo de naciones se haya confabulado contra la RD”. El presidente del TC, Milton Ray Guevara, declaró alarmado: “desconocer… decisiones de la alta corte [por] presiones… foráneas es un grave atentado a la soberanía nacional”. ¿Son corsarios de mares o de tierras?

 

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