En María Auxiliadora se mendiga agua potable

En María Auxiliadora se mendiga agua potable

POR LLENNIS JIMÉNEZ
Escepticismo y coraje muestran los residentes del sector María Auxiliadora cuando se les habla sobre la escasez de agua. Permanecen con la incógnita de si su servicio no mejora por la falta de voluntad política y de responsabilidad del gobierno.

Dos meses sin agua aproximadamente tienen los habitantes de la calle K, entre Eusebio Manzueta y Manuela Díez.

La bajada al callejón que da a la zona “seca”, como la denomina la gente, tiene 11 tubos al descubierto, algunos atados por pedazos de neumáticos mal conectados, lo que permite la fuga del agua.

Pero aquí no se piensa en el desparrame de agua, porque lejos de botarla, tienen que buscarla a dos calles, por dentro de los patios de las viviendas, que permiten el cruce de las mangueras.

“Érase una vez una zona con agua”, con esta frase para cuentos,  criticaba un residente de la calle K, de María Auxiliadora, el tiempo que que han  padecido de la dificultad del agua.

En este sector viven muchos maestros, pero básicamente personas que necesitan agua.

Una señora, con pronunciamientos insultantes y con un razonamiento de duda sobre la efectividad que pueda tener su denuncia, insistía en que las autoridades gubernamentales no hacen caso a sus quejas.

La mujer se lamentó, con el frente de la casa interceptado por mangueras que trasladaban agua a la zona alta de la calle K, donde no hay suministro.                           

Protestando para que no se le hiciesen fotografías, insistía en decirle a su hija que viven así porque no se les atienden sus necesidades.

 Un poco más abajo, la gente decía que subsisten gracias a tres bombas y siete mangueras que conectan a las llaves de la Eusebio Manzueta, dos veces a la semana cuando llega el servicio.

Empero, para abastecerse tienen que prestarle sus bombas extractoras de agua a los dueños de la casa que les regalan el agua, y esperar que éstos llenen sus tanques y rogar a Dios que no se vaya la energía eléctrica, antes de las cuatro horas que suele tardar en producirse un apagón.

SUPLICAN AGUA

Juan María Arias, en la calle K, número 34, indicó que viven de la caridad de sus vecinos generosos, quienes les regalan agua de pena. “En las demás calles de María Auxiliadora la crisis no es tan fuerte”. 

 En tanto, el profesor David Ortiz, quien intentó ser pelotero y por coincidencia tiene el nombre de un jugador dominicano de Grandes Ligas, dijo que tiene poco tiempo para el bateo, porque sus ratos libres los dedica a buscar agua.

 Las mujeres de la barriada indicaron que han recibido dos camiones de agua por parte de las autoridades que regulan el servicio, uno por semana, pero que eso sucedió a raíz de la huelga del pasado lunes.

Ramona Andújar une tantas mangueras para coger el agua, que al recogerlas arrastra el lodo de los callejones y las materias fecales que esparcen  los perros realengos por las vías cercanas a su vivienda. Tal es lo que tiene que hacer si quiere obtenerla.

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