A pesar del más grave choque externo, con precios del barril de petróleo superando los US$145, de la desaceleración mundial y del impacto de varios fenómenos atmosféricos, la economía dominicana culminó el 2008 con una de las mayores tasas de crecimiento de la región y la menor inflación.

Los altos precios del petróleo, acompañados de un aumento en la demanda por parte del sector público y privado, provocaron un fuerte incremento en el déficit de la cuenta corriente que cerró  en un nivel cercano al 9.6% del PIB y pudo provocar la pérdida de la estabilidad; sin embargo gracias a la inversión extranjera récord, otros flujos de capitales y las atinadas medidas de contracción  monetaria del BC el 2008 cerró con un déficit global de la balanza de pagos cercano a los US$220 millones perfectamente financiables con las reservas internacionales.

A pesar de ese panorama internacional la tasa de cambio, medida entre diciembre del 2007 y diciembre del 2008, mantuvo su estabilidad relativa, aumentando apenas 132 puntos, equivalente a 3.89%, la inflación  alcanzó el nivel de 4.52% (a septiembre alcanzaba la cifra de 10.76%) la más baja en América Latina y el Caribe, cuyo promedio fue de 8.8%.

En cuanto al crecimiento económico, a pesar de la crisis global y de las deliberadas medidas monetarias dirigidas a reducir la demanda agregada, el PIB  concluye el 2008 con una tasa de crecimiento cercana al 5%, mientras América Latina y el Caribe cerró con un promedio de 4.6% y la sub-región del Caribe con 2.4%.

Es cierto que las tasas de interés experimentaron alzas de hasta diez puntos porcentuales en este año, sin embargo la mayoría de los países de la región aplicaron mayores incrementos a sus tasas de interés de política e incluso algunos elevaron los niveles de encaje y así mientras la tasa activa promedio anual de RD en el 2008 ascendió a 15.5% en Brasil fue 38.7%, Venezuela 23%, Honduras 17.4%, Argentina 17.3%, Costa Rica 16.3%, Chile 15.2%, para solo citar unos cuantos países (CEPAL, informe 2008). 

En una economía mundial afectada por un alza sin precedentes en todos los precios y posteriormente con una debacle financiera y el inicio de la recesión global, la economía dominicana y sus autoridades manifestaron un extraordinario desempeño que se manifestó en una adecuada tasa de crecimiento del producto, mantenimiento de la estabilidad, la confianza y el clima de inversión.

Si en una año con tantos factores adversos la economía dominicana pudo manifestar esa adecuada respuesta a la crisis, no se entiende el pesimismo extremo de ciertos sectores políticos y de la sociedad civil con sus catastróficos pronósticos para este  2009.