POR J. LUIS ROJAS
Generalmente, la palabra crisis se asocia a vulnerabilidad, calamidad, caos, desastre, problema, desgracias, desempleo, etc. Sobre este particular, la asesora de empresas, María Eugenia Hassan,  ha planteado que la crisis es una situación que nos avisa que ha llegado el momento de hacer un cambio urgente en algo, es la hora de tomar una decisión, lo cual dependerá mucho de la actitud de la persona ante una circunstancia en particular.

Como se aprecia, la crisis puede surgir en cualquier momento, lugar y circunstancia. Esta, según los chinos, significa “peligro” y “oportunidad”. Tomando como referencia lo planteado, es evidente que para enfrentar una crisis, sin importar su naturaleza y magnitud, es imprescindible ser poseedor de una actitud que no se intimide ante la incertidumbre y la ansiedad.   

En la coyuntura actual, se aprecia que uno de los escenarios más comunes de crisis es la empresa o institución, tanto en su dimensión interna como externa, ya que en este contexto cualquier cambio o decisión que se tome e implemente, sin tomar las medidas preventivas correspondientes, puede generar en una pequeña, mediana o gran crisis, lo que lógicamente podría traer como consecuencia, entre otros daños, un deterioro del posicionamiento de imagen. 

Frente a la situación planteada, es sabio y recomendable que el gerente de relaciones públicas ponga en práctica toda su experiencia, ya que si no toma las decisiones en el momento y lugar oportunos, los efectos de la crisis se llevan por delante la imagen de prestigio y reputación que ha logrado conseguir la empresa mediante la inversión de tiempo, recursos y dinero. Esto es lo que tradicionalmente se conoce como gestión de esfuerzos de relaciones públicas en momentos de crisis, con los cuales se pretende compensar o combatir a una opinión pública desfavorable a la empresa, motivada por una situación o hecho concreto que, la mayoría de las veces, surge de forma inesperada.

Es importante recordar que en una gestión proactiva de las relaciones públicas, se pueden prever las situaciones o puntos problemáticos que a corto, mediano y largo plazo  hacen daños a la imagen de la empresa. Es en este marco que se plantea que mientras más proactivos seamos en la planificación, ejecución y control de estrategias y tácticas de relaciones públicas; menos posibilidad habrá para que surjan situaciones que generen crisis.

Independientemente de las bondades de una gestión proactiva de relaciones públicas, ningún gerente o profesional de dicha área está exonerado de confrontar situaciones de crisis. Tiene que quedar muy claro, que las relaciones públicas no son, ni pueden ser, un sustituto de una buena dirección de la empresa, ni un remedio infalible a la mala calidad de las decisiones, productos o servicios.