En nombre de la justicia

En nombre de la justicia

MARIEN A. CAPITÁN
La venda ha cambiado de función. En lugar de tapar los ojos de la justicia para que ésta se administre por igual a todo el mundo, en este país se utiliza para que ella pueda descubrir quién es culpable o quién no; vivimos en un paraíso de impunidad. Para nadie es un secreto que aquí la justicia se administra dependiendo de la clase o la fortuna que pueda tener un acusado. Por eso, en lugar de enseñarle a la gente que robar es malo, tenemos una sociedad que nos dice que robemos mucho.

De hacerlo, ganaremos el cielo; de lo contrario, como aún no seremos dignos de que nos digan señores, seremos el chivo expiatorio de turno. Sé que no digo nada que no se haya dicho aún. Pese a ello, hoy es un buen día para que hagamos un ejercicio de conciencia. También para que nos golpeemos el pecho y pensemos en todo lo malo que hemos hecho, como personas, para lograr que el culto a la corrupción sea el oficio más socorrido en nuestro país.

Ver que todo el pus que se ocultaba bajo el famoso, discutido y otrora «calumniado» Plan Renove pone de manifiesto que en cada administración, por más seria que parezca, siempre encontraremos a un grupo de funcionarios que están muy lejos de ser grandes benefactores de la patria, tal como se quieren vender.

Amén de las culpas que pueden tener los chicos Renove, algo que siempre se ha insinuado, me chocó muchísimo ver cómo la cúpula perredeísta, con Hipólito Mejía a la cabeza, salió a la defensa de tan probos ciudadanos.

Como siempre se ha dicho que entre los miembros del Partido Revolucionario Dominicano existen muchos pillos, la verdad es que sus dirigentes no le hacen ningún favor al partido apoyando a quienes han cometido actos dolosos.

Supongo que, como no han sido juzgados, debemos creer en su inocencia. Pese a ello, sin embargo, tampoco es prudente poner la mano en el fuego. Podrían quemarse de muy mala manera, señores, encendiendo aún más los resquemores de una base que está muy descontenta con sus grandes cuadros dirigenciales.

Muchos han dicho que el defender a los señores del Plan Renove es una obligación para muchos perredeístas. Sobre todo, sostienen, deben hacerlo quienes están detrás de todos los movimientos sucios que se dieron en torno a este programa.

Olvidando las deudas o los miedos que sienten algunos ante la posibilidad de ser descubiertos, tan sólo nos queda esperar que con Renove no suceda lo mismo que con el PEME, que con Baninter y con todos los demás expedientes que descansan en los tribunales sin que haya un culpable que responda por los cargos cometidos.

Por otro lado, espero que algún día este país se canse de mantener a una jauría de abusadores que disfrutan viviendo a costa de un pueblo que, además de bueno, es demasiado pendejo. No nos dejemos tomar el pelo de nuevo. Quitémosle la venda a la justicia y llevemos ante ella, sin que nos tiemble el pulso, a todos los políticos que se han burlado de nosotros.

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