Por la política monetaria de “dinero caro”, sigue imparable el descenso de la inflación, lo confirma la cifra de abril que el Banco Central todavía no publica, pero adelanto que la interanual se reduce a 5.2%.
Excelente noticia por lo que significa, bajara a los límites del rango meta de 4% ± 1.0% antes de finalizar el primer semestre del año, con la posibilidad de que comiencen a bajar los intereses bancarios cuando la variación de los precios se estabilice dentro de esos límites.
La convergencia ha tomado tiempo, lo muestra el siguiente análisis de los datos de la inflación general y subyacente, en marzo 5.90% y 6.26%, y en abril bajaron a 5.20% y 5.80%, respectivamente.
Uno, en abril la inflación general se redujo 428 puntos porcentuales respecto al nivel máximo de 9.48% en junio de 2022.
Dos, también en abril, la inflación subyacente disminuyo 145 puntos porcentuales desde el tope de 7.25% en el mismo mes de 2022.
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Y tres, la inflación subyacente, que debe ser inferior a la general, fue lo contrario en febrero, marzo y abril, con la buena noticia de que ha venido desacelerando todos los meses desde abril de 2022, cuando escalo el nivel máximo de 7.25 por ciento.
Dicho de otra manera, así como el encarecimiento de alimentos, petróleo, combustibles y flete en 2022 se extendió a todos los productos y servicios de la canasta familiar, la continua reducción de estos precios se traslada a la inflación subyacente a mayor velocidad.
Recordemos, nuestro Banco Central, primero que la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y cualquier banco central de la región, diagnosticó que la inflación mundial no era coyuntural, lo que le permitió cambiar sin prisa la postura su política monetaria, madrugando los aumentos de la tasa de referencia para contener la escalada vertiginosa de los precios. A diferencia de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo que erraron el diagnóstico y aceleraron el endurecimiento de su política monetaria, hasta el punto de que el primero, en poco más de un año, desde casi cero durante la pandemia, en marzo de 2022, subió su tipo a 5.25% anual donde está actualmente.
En toda parte, aquí también, los aumentos de tipos de interés, combinado con otras medidas monetarias restrictivas, han ralentizado el crecimiento, factores a los que CEPAL sumo el actual contexto creciente incertidumbre mundial para reducir a 1.2% la expansión real esperada de América Latina y el Caribe en 2023, al tiempo de mantener a Republica Dominicana y Panamá al frente del pelotón de países con 4.6%, excluyendo a Venezuela.
La excelente noticia para nuestra economía tiene dos explicaciones. Por un lado, el consumo de familias e inversión de empresas, aunque a menor ritmo y a pesar de la inflación, se mantienen como motor del crecimiento. Y, por otro lado, para los agentes económicos fue positivo la pausa del Banco Central en los aumentos de su tasa de referencia, la hizo en octubre de 2022, la subió a 8.50% anual, y todavía se mantiene.
El pasado miércoles fue cuando la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo hablaron de la posibilidad de pausar los aumentos, la Reserva Federal no lo asegura por que la economía se ha mantenido creando empleos durante 28 meses consecutivos, lo que redujo la tasa de desempleo a 3.4 por ciento.