En peligro el envío de remesas

En peligro el envío de remesas

Los países más desarrollados del mundo están enfilando sus cañones hacia la inmigración ilegal a sus territorios, ya que al parecer, se acusa a este fenómeno agigantado por la globalización, de ser el principal causante del desempleo de sus nacionales, al aceptar éstos salarios más bajos y en condiciones que sus ciudadanos nunca  consentirían,  incluyendo el no estar adscritos a nóminas de riesgos laborales.

 Así las cosas, se aprestan a dictar medidas estrictas para desalentar a cualquier indocumentado que se interne o fije residencia ilegal en su territorio.

La gran potencia del norte no es una excepción.  En efecto, los Estados Unidos de América están construyendo un muro en la frontera con México para impedir, que tanto los mexicanos como los extranjeros que utilizan esa vía para penetrar en suelo norteamericano, ejecuten labores agrícolas en los campos californianos. 

A esos fines cuentan, además de la guardia fronteriza, con un núcleo de ciudadanos “verdaderos patriotas” dedicados a dar caza a los infelices, que a lo único que aspiran es a poder ganarse el sustento y poder economizar algún dinero para enviarlo a los familiares que dejaron en sus respectivos países.

  En esas deplorables circunstancias, están prestos a recibir todo tipo de vejamen y hasta de trabajo esclavizante.

España, que es el filtro que la Unión Europea, ha designado para ocuparse de los latinoamericanos –no obstante estar verdaderamente necesitada de mano de obra ante una población envejeciente-  ha diseñado una política de inclusive pagar a los que legal o ilegalmente se encuentren en su territorio, para que se marchen a sus países de origen.

 Al parecer, nuestra antigua Madre Patria olvidó que en el pasado ellos eran los que venían en busca de El Dorado a las Américas y en nuestros países echaron raíces y pudieron repatriar grandes capitales que hoy hacen muy próspera la península Ibérica.  Esto no sucede con los nuestros, que apenas llegan a laborar en las faenas que los españoles no les agrada y que lo aciertan a enviar, son pequeñas cantidades de euros a los familiares que dejaron en América Latina.

El caso de los Estados Unidos de América es distinto, ya que estos alientan a una inmigración selectiva.

 Médicos, ingenieros, economistas y otros profesionales distinguidos, son aceptados e incorporados al “establishment”, todo esto sin ese país invertir un centavo en su educación. 

Esta fuga de cerebros ha perjudicado a los países productores de “esta materia prima humana”  y aunque no se crea, son los que menos contribuyen al desarrollo económico de sus países de origen. 

Los que sí envían remesas son aquellos que establecen pequeñas bodegas o supermercados, restaurantes, centros de llamadas, los denominados “envíos” y los que trabajan en industrias o comercios. 

En la actualidad, se están presentando casos de querer, no sólo controlar los envíos de remesas, sino establecer que sólo las que están en territorio del remitente tengan la potestad de hacerlo.  Si nuestros remeceros, bancos o agencias de envío no logran el respaldo del Gobierno Dominicano, muy pronto habrá que asistir al réquiem de las remesas.

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