San Juan. EFE. La crisis económica y la histórica emigración que vive Puerto Rico han agravado la situación que sufren decenas de ancianos en la isla, quienes viven en hospitales abandonados por familiares incapaces de hacerse a cargo de ellos.
Según explicó ayer a Efe Charissa Crispín, jefa de la secretaría auxiliar de la Administración de Servicios de Personas de Edad Avanzada y Adultos con Impedimentos del Departamento de la Familia, al final del pasado año fiscal (que acabó el 30 de junio), más de un centenar de ancianos quedaron desamparados en diversos centros de salud de la isla. Crispín explicó que estas personas mayores de 60 años “habitan» en los hospitales, donde muchas veces llegan solos después de vivir en condiciones infrahumanas o incluso deambulando por las calles.
En otras ocasiones, algún conocido los deja allí por problemas médicos y luego ningún familiar los recoge. “Es indignante. Los valores familiares se están perdiendo y la situación se agrava cada vez más”, lamentó Crispín, quien dijo que el Departamento de la Familia desembolsa 3.5 millones de dólares mensuales para hacerse cargo de ese grupo y reubicarlos en residencias de ancianos.
Esta responsabilidad gubernamental va acorde con la Ley 121, que reconoce la responsabilidad del Gobierno de proveer las condiciones adecuadas que promuevan en las personas de avanzada edad el goce de una vida plena.