En RD los apagones son eternos

En RD los apagones son eternos

La República Dominicana parece estar condenada a sufrir apagones por toda la eternidad, un hecho que no sólo dejaría los hogares en penumbra, sino también rezagado al sector productivo nacional, con un acuerdo de libre comercio (TLC) que está al doblar de la esquina, en su intento de competir por los mercados con los demás países del área.

De hecho, los demás países de Centroamérica y el Caribe no confrontan los problemas de esta nación, en cuanto al suministro energético, con apagones que duran por más de 24 horas en diferentes sectores y a esto se agrega el costo de generación eléctrica, el cual – se ha repetido hasta el cansancio – es el más caro del hemisferio.

También, una de las promesas electorales en las que el presidente Hipólito Mejía hizo mayor énfasis en resolver, fue el problema eléctrico y aunque el mandatario ha hecho grandes esfuerzos por solucionarlo, los apagones demuestran que la actual administración terminará su gestión sin alcanzar ese objetivo.

El último de estos esfuerzos ha sido la orden emitida por el mandatario, de pagar RD$9,500 millones para honrar una parte de la deuda acumulada con los generadores, de acuerdo con las informaciones suministradas por el secretario de Finanzas, Rafael Calderón.

Según el secretario de Finanzas, estos recursos serán utilizados para pagar una parte de la deuda acumulada con los generadores, y la otra para el pago de la factura corriente, para que las generadoras, a su vez, mantengan encendidas un número significativo de plantas.

En su opinión, el sector eléctrico tendrá garantizado en los próximos meses, esta cantidad de dinero, con lo que los apagones serán reducidos a su mínima expresión.

[b]DE VUELTA A LA OSCURIDAD[/b]

Luego de la tregua de dos meses que precedió a la recompra de Edenorte y Edesur (las Empresas Eléctricas del Norte y del Sur) por parte del Estado a través de la Corporación de Empresas Eléctricas (CDEE), es decir desde comienzos de diciembre pasado, los medios de comunicación volvieron a hacerse eco de los largos apagones que sufría la población en general y los problemas financieros que confrontaban los generadores de energía.

[b]LOS APAGONES[/b]

Desde la primera semana de diciembre comenzaron a sentirse nuevamente los prolongados apagones, principalmente en numerosos sectores de la capital y localidades del interior del país, los cuales se han intensificado en la última semana.

«Sin embargo, la situación nunca ha mejorado en los llamados barrios carenciados, de los que se ha afirmado que sus residentes no pagan por el servicio, pero que hay mucha gente que sí pagan la luz», se quejó uno de los residentes del populoso sector de Los Mina.

Pero, inclusive, familias residentes en sectores de clase media y alta y zonas residenciales, se han quejado también de las largas tandas de apagones que han azotado esos lugares.

Ya para mediados de diciembre pasado, un déficit de generación que alcanzaba los 300 megavatios, prolongaba las horas de apagones que estaban castigando a la población y tres días después, este déficit llegaba a los 500 megavatios.

Este déficit se mantuvo casi por todo el período navideño, a pesar de que la Superintendencia de Electricidad había ordenado a las empresas que conforman el sistema eléctrico interconectado, suspender los cortes programados en el suministro de energía en el período navideño hasta el 10 de enero del 2004, con el objetivo de que la ciudadanía disfrutara las festividades en un ambiente de paz y armonía.

Esto no ocurrió porque en víspera de año nuevo (el 31 de diciembre) el superintendente de Electricidad, Jorge Reinoso, explicó que los apagones que se estaban registrando en diferentes puntos del país, se debían a problemas de voltaje por no haber suficiente generación en la barra de las empresas generadoras HAINA e ITABO.

«El problema no es sólo por déficit de energía, sino de un balance que hay que tener entre una cosa que se llama reactivo y la potencia activa, y la zona Oeste de Santo Domingo, que corresponde al área de distribución de Edenorte y Edesur. Es el área que más densidad de carga tiene», explicó el funcionario.

Luego, la Superintendencia de Electricidad, en cumplimiento del acuerdo firmado por el gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dispuso de un aumento en la tarifa eléctrica para los diferentes rangos de consumo que oscila entre un 4 y 8% para el pasado mes de enero.

[b]LOS GENERADORES[/b]

El 6 de diciembre del 2003, el representante de la empresa generadora ITABO, Rodolfo Cabello, advirtió que los recursos económicos para mantener operando las plantas generadoras deben llegar con regularidad a los generadores, porque en la mayoría de los casos, el problema de los apagones es por falta de recursos y no por carencia de plantas.

Mientras que el representante de la generadora EGE-HAINA, Rolfil Alarcón, urgió a los usuarios a pagar el servicio eléctrico, a fin de que se puedan aplicar correctivos que permitan una disminución en la tarifa eléctrica, que actualmente es solventada por un núcleo de la población dominicana.

También, para final del 2003, los generadores de energía solicitaron al secretario de Finanzas, Rafael Calderón, que se reanude el diálogo entre ese sector y la Comisión Oficial para la Sostenibilidad del Sector Eléctrico, con el propósito de crear «una mesa de pago», de manera que sean abonadas las cuotas que requieren los productores de energía para seguir operando.

Las últimas informaciones suministradas por los representantes del sector indicaban que la deuda total de las distribuidoras con los generadores superaba los US$200 millones, deuda onerosa que ha frenado los avances que hasta el momento se habían logrado en el servicio eléctrico.

Y entre este cuento de nunca acabar continúa el sistema eléctrico dominicano y también se incrementan los apagones con un déficit que en estos momentos ronda los 800 megavatios, porque si a los generadores no les pagan, ellos no pueden producir energía por falta de divisas para comprar combustible, y por los apagones, los cobros de las distribuidoras se reducen considerablemente.

No obstante, de este sector por lo menos se conoce que su problema es financiero: falta de recursos del gobierno para pagar a los distribuidores el subsidio a la energía, los distribuidores a su vez, por la falta de pago del subsidio y la reducción en sus cobros por los apagones y la falta de pago de los usuarios no pueden pagar a los generadores que, sin recursos, no pueden adquirir divisas para la compra del combustible que se usa para la generación.

En todos los casos, el Estado siempre está en el medio y ahora más que nunca, sin recursos para resolver el eterno problema de los apagones.

[b]MÁS RECURSOS[/b]

La última información recopilada por esta sección revela que el Gobierno ha invertido RD$17,150 millones en compra de energía a los generadores en los últimos 60 días.

La información la ofreció Luis González Fabra, director de Información y Prensa de la Presidencia, luego de la reunión celebrada el pasado jueves en el Palacio Nacional.

Según González Fabra, en el 2003 Edenorte y Edesur pagaron a las generadoras de electricidad RD$11,000 millones y reveló que en esa ocasión definieron la problemática con las generadoras EGE-HAINA, Edenorte y Monterio.

De acuerdo con el funcionario las generadoras André y Edeste- Andrés, con las cuales el Gobierno no tiene cuentas pendientes exigen el pago de RD$30 millones para poner a operar sus plantas.

El Gobierno también ha anunciado que designó una comisión para investigar la situación de las plantas generadoras de electricidad, cuyos propietarios las mantienen apagadas a pesar de que el Gobierno no tiene deudas pendientes con ellos, así como las de las empresas que exigen más dinero de lo que el Estado les adeuda.

Esta comisión esá integrada por Rafael Montilla Martínez, presidente de la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (CREP), el secretario de Finanzas, Rafael calderón, el administrador de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas (CDEE), César Sánchez, el secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, teniente general José Miguel Soto Jiménez, y el mayor general Pedro de Jesús Candelier.

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