El país tiene una gran deficiencia en la definición y aplicación de protocolos y guías de atención médica, no hay seguimiento adecuado a la producción y al costo de los establecimientos de salud, ni se inspecciona la variación de precios de los medicamentos de una farmacia a otra, en opinión de la economista en salud Marianela Rathe. Las afirmaciones son parte del diagnóstico que, sobre la seguridad social, hizo la experta a propósito de una propuesta de elevar la cápita e indexar los servicios para el régimen contributivo, presentada a principios de este mes por la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril).
Rathe plantea que en el país nunca se ha hecho un verdadero estudio de carga de enfermedades, tampoco se han definido, evaluado y costeado las alternativas de tratamientos para las condiciones de salud consideradas prioritarias. Asimismo, considera que la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría asesorar al país con un estudio que establezca resultados por carga de enfermedades y tratamientos integrales, de acuerdo con las prioridades del perfil epidemiológico de los dominicanos.
La economista del Banco Central expresa que un estudio de la carga de enfermedades de los dominicanos deberá determinar después cuántas personas padecen de una enfermedad y quien va a pagar por ellos, si es el Gobierno, las empresas o los propios afiliados. Sin embargo, uno de los obstáculos que encuentra el sistema es que en el Ministerio de Salud Pública no hay acceso a información sobre las enfermedades que afectan a los dominicanos. Las que existen son parciales y fragmentadas.