El 28 de abril del 2015, hace tres años, los periódicos dominicanos daban la noticia del triste fallecimiento, a la edad de 91 años, del prestigioso empresario Juan Bautista Vicini Cabral (Gianni), un hombre de visión extraordinaria que dedicó la mayor parte de su laboriosa existencia a defender los intereses de la nación. Había nacido el 7 de abril de 1924, fruto del matrimonio de Felipe Augusto Vicini Perdomo y Amelia María Cabral Bermúdez. Sencillo, trabajador, comunicativo y defensor de los más débiles fue un ser inimitable. Era de ese tipo de personas que podía pasar inadvertida, porque jamás procuraba sobresalir, aunque condiciones le sobraban. Fue un modelo de empresario que asumió sus funciones con integridad y responsabilidad, y como lo que era: un verdadero gerente del bien común.
Durante más de 50 años don Gianni fue timón orientador de uno de los grupos empresariales más reputados en el que se ha sustentado el desarrollo dominicano por más de dos siglos. Además de las cualidades personales que le adornaban, cabe destacar que fue él, junto a sus hermanos y sus hijos, paradigma del trabajo productivo y visionario dentro de áreas tan importantes como la agroindustria, el turismo, la metalmecánica y la banca, sectores a los que dedicó sus mayores esfuerzos y contribuciones. Se recuerda que este ilustre dominicano tuvo una activa participación en la peligrosa conspiración que puso fin a la dictadura trujillista, movimiento en el que se le llamó “Mr. X”, identidad que por actitud suya fue develada 25 años después del magnicidio. También tuvo estrechos vínculos con el líder perredeísta, doctor José Francisco Peña Gómez.
La familia Vicini en general ha estado ligada históricamente al desarrollo económico y social del país. En muchas y variadas áreas de desarrollo sus miembros han exhibido un notorio avance gracias a su espíritu emprendedor y a las novedosas inversiones que han hecho en renglones diferentes de la vida nacional. Su participación activa, así como el capital de este importante grupo corporativo ha sido fundamental para crear y fortalecer la banca privada, crear universidades y empresas agrícolas, así como fundaciones sin fines de lucro y nuevos negocios que han encausado el país por senderos de progreso.
Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que Juan Bautista Vicini Cabral nunca hizo alarde de lo que hacía o poseía; jamás se doblegó ante ningún poder, pero no se vanaglorió de ello. Lleguen nuestras condolencias a sus hijos y nietos y a todos sus demás familiares e invitamos a los empresarios, al colonato azucarero, a los banqueros y a todo el pueblo dominicano, especialmente a aquellos que se autoproclaman de revolucionarios, a imitar su ejemplo, siendo coherentes entre lo que dicen y lo que hacen, poniendo sus capacidades al servicio de las causas justas y haciendo opción preferencial por los más necesitados.
Parodiando al apóstol de la Independencia cubana José Martí, de Gianni se puede decir que “cuando hay hombres que viven sin decoro, siempre hay otros que viven con el decoro de muchos hombres; ahí va todo un pueblo… ahí va la humanidad”. Paz a su alma y rendimos un tributo a su memoria!