En ribera del Ozama retornan a casa; piden una Barquita

En ribera del Ozama retornan a casa; piden una Barquita

Camas encima de sillas, muebles en el patio soleándose y montones de ropa prestas a lavar, es el panorama común en los barrios edificados a orillas del río Ozama, tras el paso del huracán Matthew y que dejó grandes lluvias en el territorio nacional.
Ayer, los residentes más próximos a las aguas del río afanosos trataban de sacar el agua que quedaba en sus casas mientras pasaban inventario de lo que se llevó la corriente, para poder retornar a la normalidad.
Y aunque pareciera que ya están acostumbrados a salir de casa, regresar y ver que lo han perdido casi todo, la situación no deja de afligirles. Tal es el caso de la señora Josefa González. En más de 12 años viviendo en la rivera del Ozama es mucha el agua que ha visto meterse en su casa y llevarse sus ajuares. Su vivienda está situada a uno dos metros del cauce del río.
Llorosa contó al HOY todo lo que se le dañó a consecuencia del desbordamiento de las aguas.
Su pedido y el de otros de sus vecinos, va más allá de que las autoridades le suplan de un colchón, piden ser desalojados y ser reubicados como pasó con los habitantes de La Barquita.
Explican que tienen muchos años padeciendo lo mismo.
La noche del viernes las aguas del Ozama empezaron a bajar y los que se aguarecieron en los refugios regresaban temprano a sus casas. Pero los que dicen lo perdieron todo como Caroline Báez, con 10 años viviendo en la Javilla, deberán permanecer allí hasta que alguien los ayude a recuperarse.
Báez tenía la intención de amanecer en su casa hoy, pero cuando llegó descubrió que ahí las aguas no habían bajado, y que a pesar de haber elevado todo lo que pudo para que el agua no lo alcanzara, asegura quedó sin nada.
“La petición que le hacemos al Gobierno es que nos desaloje de aquí, porque nosotros año tras año, cada vez que hay un fenómeno atmosférico, padecemos de lo mismo”, planteó el presidente de la junta de vecinos Sol Naciente del sector Rivera del Ozama, Andrés Ruiz.
Consideró que se debe agilizar el proyecto que hay para los que viven a la orilla del río, y que sean sacados de ahí a mejores condiciones.
En la Ciénega, otro barrio al borde del río, el panorama era distinto, parecía más seguro y muchos en la rutina habitual. Las aguas de ese lado habían dejado las casas, pero la solicitud de los más vulnerables era la misma, traslado.

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