San Cristóbal.- «Ay Dios mío te fuiste y dejaste una niña de 21 días». Así, con ese lamento, la familia del cabo policial Ricky Gabriel Agüero, de 26 años, lo despedía ayer. Fue una de las cuatro personas asesinadas a tiros por Yerle Aneury Heredia Féliz (Morao), quien hirió a otras cuatro y luego se suicidó tras ser acorralado por los agentes policiales.

El llanto, el dolor y la impotencia también se apoderaron de los familiares y vecinos de las víctimas de los sectores Villa Progreso, Los Molina, y Moscú. Allí vivían Luis Villar Tejeda, de 30 años; José Altagracia Pinales, de 34 y Maicol Manuel Figueroa.

Al cabo Gabriel Agüero, quien tenía cinco años en la Policía, lo enterraron en el cementerio El Pomier, donde sus compañeros de armas le rindieron los honores correspondientes. Parecía que toda la comunidad se desbordó para darle el último adiós.