En Siete Palabras piden poner fin a las injusticias y abusos

En Siete Palabras piden poner fin a las injusticias y abusos

POR LLENNIS JIMÉNEZ
Sacerdotes, religiosos, laicos y educadores que pronunciaron el Sermón de las Siete Palabras criticaron la injusta distribución de las riquezas en el país, la desatención a la educación y la salud, el desempleo, la violencia, «los abusos sexuales contra menores de edad», «la homosexualidad en el clero» y las tragedias en las cárceles.

Deploraron la desintegración familiar que destruye las estructuras sociales, la corrupción gubernamental, las desigualdades sociales y la falta de confianza en los gobernantes.

Los sermones del Viernes Santo en la Catedral Primada, ante decenas de feligreses en recordación de la pasión y muerte de Jesucristo, usan como pie las siete frases que pronunció Jesús desde la cruz.

Los sermones fueron pronunciadas por los sacerdote Gerardo Ramírez, José Pastor, Víctor Masalles y Antonio González; sor Ana Féliz, la catedrática universitaria Soledad Vasallo y el abogado Julio César Castañoss, quienes abogaron por una sociedad nueva, más justa y sin hambre.

Plantearon que el país cada día es sacrificado de mil maneras, con el alto costo de la vida, la falta de energía eléctrica y los engaños.

Cuestionaron a los partidos políticos que no trabajan por el bien común, los gobernantes que no cumplen y los legisladores que no trabajan en favor del pueblo, en lo que definieron como una democracia vacía.

Pidieron que por el contrario, se persiga un pueblo cada vez más cristiano y una nación que no venda su propia identidad. Instaron a las autoridades y a los padres educar a los niños con principios morales bien definidos y a orientar a los jóvenes para que desechen la vulgaridad y el egocentrismo.

El sacerdote Ramírez, canciller del Arzobispado de Santo Domingo, dijo la primera palabra: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».

El padre Pastor pronunció la segunda palabra: «En verdad te digo: hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso». La tercera palabra: «¡Mujer, he ahí a tu Hijo! ¡He ahí a tu madre!»,  estuvo a cargo de sor Féliz, de las Hermanas Dominicas de Adrián.

La cuarta: «Dios mío, Dios, mío, ¿por qué me has abandonado?», la comentó fray González, de la orden los Predicadores y vicario de la vida consagrada en la Arquidiócesis de Santo Domingo.

La quinta palabra:»¡Tengo sed!», la dijo Vasallo. El jurista Castaños se refirió a la sexta palabra: «Todo está consumado», la séptima palabra: «¡Padre, en tus manos entrego mi Espíritu! la comentó el padre Masalles, director del Pontificio Seminario Santo Tomás de Aquino y vicario del Clero de la Arquidiócesis de Santo Domingo.

Los sacerdotes Ramírez y Pastor abogaron por una mejor inversión en la educación de parte del gobierno y los empresarios. Plantearon que el mercado laborar requiere de profesionales mejor preparados.

Pastor advirtió que el desempleo obliga a cientos de jóvenes a dejar los estudios universitarios, lo que a su entender amenaza con convertirlos en delincuentes. Sostuvo, asimismo, que los medios de comunicación requieren de periodistas al servicio de la verdad y del lector.

Pastor consideró que la familia no está en su mejor momento y los matrimonios ameritan de parejas responsables.

Entretanto, sor Féliz, al comentar la tercera palabra, la que definió como una mezcla de ternura y cariño, de tortura y dolor entre Jesús y su madre María, dijo que este amor se refleja en tantos ejemplos de dolor y sufrimiento en el país y en el mundo.

Lamentó que esto se vea en las guerras, terremotos, crímenes y catástrofes que tantas muertes ocasionan. «Me viene a la memoria la reciente tragedia en la cárcel de Higüey», tras recordar el dolor de las madres y los familiares que perdieron 136 prisioneros en un incendio que consideró sin sentido.

Expresó que cuando Jesús dijo «¡Mujer, he ahí a tu Hijo!» ¡He ahí a tu madre! quiso significar que pone a la humanidad en las manos de María, como su dijera que se los da a todos por hijos, por reconocer en ella su ternura y amor de madre.

Indicó que la ternura de María es lo que el mundo necesita urgentemente, tras afirmar que se sufre una crisis de fe y de vida cristiana en la iglesia.

Féliz dijo que la corrupción y delincuencia es otra de las mil maneras en que es crucificado en país. Aconsejó oír a María para que se pueda ayudar en la reconstrucción de la iglesia e instó a las mujeres a imitar su ejemplo.

CUARTA PALABRA

Fray González opinó que con su entrega, Jesús clama asume todos traumas de la humanidad, con tantos hombres y mujeres que como los del país se sienten abandonados.

Expresó que desde la cruz Jesús grita otra vez «Dios mío, Dios, mío, ¿por qué me has abandonado?», cuando las personas se sienten victimas de la violencia, cuando niños, jóvenes y mujeres están abandonados a causa de la injusta distribución de los bienes.

Sostuvo que Jesús clama al padre cuando conociéndose su amor no se es capaz de compartirlo con los más necesitados.

Manifestó que Jesús sigue gritando cuando la sociedad se siente abandonada. «Si nos dejamos enseñar por Él daremos frutos de redención».

QUINTA PALABRA

Vasallo consideró que cuando la humanidad luche por la justicia y en contra de la injusticia podrá ayudar a Jesús a calmar su sed. «Una sed que sabe será saciada con el agua viva que emana de ti y de tu infinito amor».

Explicó que cuando la humanidad sea la sal del mundo y no sea motivos de escándalos, sino que sirva a los demás sin amontonar tesoros en la tierra, podrá saciar la sed de Jesús.

Sostuvo que en el fondo, se tiene fe de lo infinito y por eso la gente se cansa de todo.

SEXTA PALABRA

Al comentar la frase «Todo está consumado», el abogado Castaños afirmó que el discurso político actual aparece agotado y la mayoría de los dirigentes no tiene discurso, por lo que dan la impresión muchas veces, de estar zarandeadas por el apremio de los acontecimientos cotidianos.

Indicó que los políticos carecen de objetivos enfocados al bien común, por lo que se tiene una democracia vacía sin contenido. Señaló que «nos hemos quedado sin palabras», porque no se cumple y lo peor es que el pueblo ya se ha dado cuenta.

Castaños declaró que los partidos necesitan reencontrarse con su visión esencial, de servicio a los demás, cumplir con el programa que les dio razón de ser.

En otro orden, planteó que será felicitado el juez que cumple porque no vende su sentencia. Sobre el Congreso de la República, precisó que muy estimada y tenida por buena será la cámara que al final de una legislatura no ha dictado leyes inicuas, sino que se preocupa por la salud y el orden de la sociedad.

«Dichoso el gobernante que ha resistido la tentación de enriquecerse y enriquecer a sus amigos manteniéndose incorrupto, y que se ha desvelado en la ejecución del programa de gobierno ofertado en campaña», sostuvo el Castaños al analizar la sexta palabra.

Indicó que en el siervo sufriente que fue Jesús, es quien se cumple todas las profecías del Mesías, quien tendría que padecer para finalmente, ser levantado y atraer a todos hasta Él.

Expresó que es preciso cumplir, ya que solo son declarados felices los que cumplen en el ámbito del honor. «Jesús cumple con todo lo que ha dicho, conducta distinta a las porfías de los embaucadores».

SEPTIMA PALABRA

Para el padre Masalles, millones de personas cristianas sufren y sangran por los tormentos de la cruz social, y sufren por el hambre y la guerra. Expresó que 1,200 millones de seres humanos viven con menos de un dólar al día y el 90% de los que mueren en los conflictos bélicos son mujeres civiles y niños.

«Que terribles datos nos ofrece la ONU -Organización de Naciones Unidas- diciendo que con solo el 10% del gasto militar de los Estados Unidos daría para cubrir las necesidades básicas de los países del tercer mundo. Son signos de que hay muchos fracasos que la humanidad aún tiene que encomendar al padre», manifestó.

Masalles afirmó que «en tus manos entrego mi Espíritu» son palabras claves que debe aprender a decir también la jerarquía de la Iglesia Católica en estos tiempos, para seguir manteniendo su credibilidad ante sus fieles y ante el mundo.

Sostuvo que la iglesia tiene que encomendar en la mano del padre toda su historia gloriosa y también su historia vergonzosa, recordando que Juan Pablo II es el primero en tener la valentía de pedir perdón por los ya conocidos pecados de la iglesia en el pasado.

El padre consideró que lamentablemente algunas personas en la iglesia ofrecen aún caras que no transparentan la imagen de Cristo ante la sociedad y el mundo. «Encontramos realidades tan tristes y lamentables como son los abusos de menores, la homosexualidad en el clero y otras realidades con la que los clérigos laceran el corazón mismo de la iglesia».

Masalles contó que la traición a la misión es una realidad que siempre ha estado presente, tras recordar que lo mismo sucedió entre los cercanos a Jesús.

Dijo que la palabra «¡Padre, en tus manos entrego mi Espíritu!» es una actitud de confianza de aquel que le va mal aunque ha puesto todo su empeño en hacer la cosa bien y consumar la misión para la que fue enviado.

Precisó que en el sufrimiento y la muerte de Cristo se ve la gran antorcha que se había hecho ver en el mundo que se ha extinguido. «Cristo es aquel que con su voz calmó la tempestad, ese que dijo -Yo soy la vida-, Cristo ha muerto, ha muerto por nuestra culpa».

Manifestó que en realidad Cristo no ha muerto como los demás hombres, porque va por delante de cada hombre para poder enseñar a los creyentes su destino glorioso que se entreteje en una historia que se vive entre luces y sombras.

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