POR EMILIO LAPAYESE
Dicen que el presidente Mejía es atípico.
Pero habría que determinar quién es el típico.
No era Balaguer, precisamente, prototipo de presidente.
El poder que le dió Johnson, ya lo había heredado antes.
Si es por expectativas frustradas, Hipólito resultaría el más típico.
En cuarenta años de democracia son típicos el atraso y fracaso acumulados por todos nuestros típicos gobernantes.
Leonel es también típico de su moderna generación.
Hipólito es típico además por su fascinación gurabera por los quepis rameados.
Típico de nuestros gobernantes es mantener cárceles infrahumanas, hospitales dantescos y corrupción siempre añoñada.
No conocemos un presidente realmente atípico.
———–