POR EMILIO LAPAYESE
Comprar una senaduría, aunque legal, no merece respeto.
Hasta el cardenal observó que todo es un relajo.
Relajo es desorden, falta de seriedad, barullo. Bromas son relajos. También, degradación de costumbres.
El servicio eléctrico es un relajo.
Como la salud pública, las cárceles o la Justicia.
Como el masivo embarazo de niñas.
Como el TLC y los déficits.
Vivimos un relajo, un desmadre, salidos de cauce.
El relajo lleva al desmadre que es escándalo, lío, descontrol.
Así se llega fatalmente al despelote que es alboroto, disparate, desatino.
Nuestra clase dirigente, anarquizada, fracasada, es un relajo, un despelote. Ya están encuerados.
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