En sólo cien palabras

En sólo cien palabras

Anarquistas atentaron contra Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, quien salió ileso.

Prodi recibió un paquete conteniendo un artefacto explosivo con apariencia de libro.

Cuando se incentiva el uso de libros, asegurando que no muerden, resulta lamentable que libros sean utilizados como instrumento de muerte.

Sabíamos de coches-bomba, burros-bomba, bicicletas- bomba y, por supuesto, de hombres y mujeres-bomba.

Incluso, del bebé-bomba, algo absolutamente demencial.

Ese libro-bomba incluía especial escarnio por ser una obra poética de D’Annunzio, “El placer”.

Los explosivos anarquistas no son peores que esas minas enterradas que producen su explosión al ser rozadas o pisadas.

Aberraciones tecnológicas.

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