En sólo cien palabras

En sólo cien palabras

La vida es sucesión de promesas

Saber esperar, máxima sabiduría. Incluye saber no esperar, desconfiar.

Lo peor, desesperar, desesperanzar.

La elecciones suponen mucho prometer.

En Israel se matan por una tierra de «promisión» que solamente significaba «prometida» aunque sugiriese leche y miel.

Prometedor sería quien promete mucho, cumpla o no su

palabra. No hay futuro prometedor sin buen cumplidor.

Quienes rechazan el carácter sagrado del juramento

lo sustituyen por la promesa. Solamente prometen. Aquí juran. De todos modos, mienten.

Promitente, el que promete.

Candidatos y precandidatos prometen, comprometen, acometen, someten, arremeten.

Si llegan, meten… manos y pies.

Impunemente. Como siempre.

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