Las antiguas catedrales fueron construidas sin prisa, con aportes populares. No incluídas en el presupuesto, como ahora aquí.

Ordenan construir la Basílica de Bayaguana.

Excelente iniciativa, como la “Catedral” para militares en un recinto militar.

Pero el más fervoroso miembro de la Iglesia encontrará inoportuna, por lo menos, la construcción de catedrales con recursos estatales, habiendo tantas penurias en nuestros hospitales, en vitales servicios.

La madre Teresa sabría ver en Bayaguana muchos Cristos vivos urgidos de atención.

Todo tiene su tiempo.

La voluntaria contribución popular, por modesta que sea, es preferible al Presupuesto nacional cuando de templos se trata.