En sólo cien palabras – En sólo cien palabras

En sólo cien palabras – En sólo cien palabras

Como personaje tuvo enorme importancia. Evidente.

Como persona, lo retratan ordinario, corriente, carente de valores que le destacasen, además de su proclividad a la persecución.

Era, fundamentalmente, personaje, actor.

«Ayudó a salvar el mundo» combatiendo al Imperio del Mal, destaca ahora su sucesor.

Aquí como allí consideran los presidentes seres de excepción, tan escasos en número que hay que reelegirlos.

Saludable sería que reconociésemos las capacidades de

presidir una democracia en miles y decenas de miles de personas, personajes aparte.

Herencias, dinastías, élites y excepcionalidades nada tienen que ver con la capacidad de gobernar.

Aunque insistan todos en lo contrario.

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