El papa Francisco da una misa en Bari, una ciudad portuaria en el sur de Italia, el domingo 23 de febrero de 2020. (AP Foto/Gregorio Borgia)
Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco invitó a los fieles a compartir y no acumular riqueza, entre otros consejos incluidos en su mensaje para la Cuaresma 2020 y que fue presentado este lunes.
En el mensaje, cuyo título es- “En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”, el papa explica que este periodo que precede a la celebración de la Semana Santa es “una vez más un tiempo favorable para nuestra conversión” y que “esta nueva oportunidad debería suscitar un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra».
En el mensaje también se critica “un tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos” y que, asegura, a veces termina “en un uso engañoso de los medios de comunicación».
En este periodo de preparación de los fieles católicos a la Semana Santa, en la que se recuerda la Pasión de Cristo, Francisco rememora “las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría».
Y ante ello, subraya que hoy sigue siendo importante recordar “a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo».
“Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo. Podemos y debemos ir incluso más allá, considerando las dimensiones estructurales de la economía”, apunta.
Los actos de la Cuaresma celebrados por el papa comenzarán el 26 de febrero con la celebración del miércoles de ceniza, con la imposición de las cenizas en la basílica de Santa Sabina y la procesión penitencial.