GUSTAVO ROJAS LARA
Cuando se escribía este artículo, habían transcurrido tan solo 30 días, de que el doctor Leonel Fernández Reyna, fuera juramentado como Presidente de la República Dominicana. Al momento de tomar posesión del cargo, la situación de desasosiego, por la que pasaba el país, era de una magnitud tal, que aún los más optimistas, eran sumamente cautelosos, a la hora de expresar cualquier vaticinio favorable de la administración que recién comenzaba a dirigir los destinos de ocho millones y medio de dominicanos.

Han transcurrido treinta días desde esa fecha (16 de agosto) y al pasar revista a lo que se ha logrado en la incipiente gestión del Presidente Fernández, no tenemos más que reconocer, sin dejarnos motivar por sentimientos politiqueros, que es mucho lo que se ha logrado en tan corto período de tiempo.

La famosa confianza que tanto se batió en la campaña electoral, y que era imprescindible que retornara al país, pues esta se había perdido en la pasada administración, es el único argumento lógico para justificar la baja acaecida en la tasa del dólar. En treinta días, ha descendido de alrededor del cincuenta por uno hasta el 38 o 39 por uno. Este descenso, que no es explicable por ningún concepto económico, que no sean las expectativas creadas por el retorno del doctor Leonel Fernández Reyna en la dirección del Estado Dominicano, ha conllevado a una disminución en los precios de los diferentes artículos de consumo diario.

Podemos observar como el arroz, que hace treinta días, se vendía a veinte dos pesos la libra hoy está a trece, catorce y quince pesos la libra, dependiendo del tipo de arroz que se desee comprar. Los huevos descendieron de 145 pesos el cartón hasta 95 pesos; el pollo bajó de treinta y ocho pesos la libra a veintinueve pesos. El medio galón de aceite Crisol estaba a ciento treinta y cinco pesos y ahora está a ciento nueve pesos. Como estos ejemplos antes mencionados, hay muchos otros productos de la canasta familiar que han experimentado descenso en sus precios y otros que tendrán que comenzar a bajar debido a las mismas razones que han incidido en el descenso de estos.

Pero no solo es en la canasta familiar que se ha visto un descenso en los precios, también en otros renglones tales como los repuestos de vehículos, en los materiales de construcción (tales como en la varilla, que bajó un 15%, el cemento etc).

En treinta días, fruto de la confianza creada por el retorno del doctor Leonel Fernández Reyna a la primera Magistratura del Estado y a la consecuente disminución de la tasa del dólar, se ha podido reducir el precio de los combustibles (gasolina, gasoil, GLP) entre diez y doce pesos, medida esta que motivó por consecuencia una disminución del precio del pasaje en el transporte público de dos pesos (de diez a ocho pesos). Pero no solo son los pasajes en el transporte terrestre los que han bajado, sino también los fletes y los precios de los pasajes aéreos que se han reducido en aproximadamente un 30% (a Puerto Rico costaba RD$14,000 en el mes de julio y ahora RD$9,300, a Nueva York en abril costaba RD$20,000 y ahora cuesta RD$13,200 y a Madrid llegó a costar RD$49,000 y ahora bajó a RD$34,000).

Otros aspectos que son también dignos de ser mencionados, son la mejoría significativa en el suministro de energía eléctrica, el paso a retiro de más de ciento treinta generales de nuestras Fuerzas Armadas, la recuperación de más de cien vehículos robados que estaban en manos de agentes del orden público. La firme voluntad de las autoridades de enfrentar la creciente ola de delincuencia que azota la nación, la reapertura de expedientes judiciales engavetados en la pasada administración del Presidente Mejía, la buena gestión que vienen realizando algunos de sus funcionarios, tales como el Procurador General de la República (Doctor Francisco Domínguez Brito), el Fiscal del Distrito Nacional (Doctor José Manuel Hernández), el Jefe de Las Fuerzas Armadas (Tnt. General Sigfrido Pared Pérez), el Jefe de la Policía Nacional (Doctor Manuel de Jesús Pérez Sánchez) entre muchos otros.

El comienzo con seis mil familias del programa de asistencia social, anunciado por el presidente Fernández en su discurso el 16 de agosto pasado, de «Comer es primero», en el cual se le dará un monto de RD$500.00 a cada familia, a través de una tarjeta de crédito para que sean intercambiables por productos de primera necesidad.

Otro aspecto importante aunque no tangible de ser medido, es la disminución en la tensión y el sobresalto en la cual vivía la nación, fruto del constante arrebato y enfrentamiento a que nos habían acostumbrado los funcionarios de la pasada administración y que habían calado profundamente en el ánimo de la sociedad dominicana. Han ido desapareciendo los sobresaltos y los ribetes de autoritarismo con que se caracterizó la pasada administración, sin dejar de actuar de forma responsable ante los grandes desafíos a los cuales se enfrentan la presente administración.

Como puede apreciar el distinguido lector, son muchas las cosas que ha logrado el Gobierno que preside el doctor Leonel Fernández Reyna y tan solo treinta días y estamos seguros que «aun falta mucho por hacer», pero si en algo se ha fallado es que la tea enarbolada por el Presidente de la República en su discurso ante la Asamblea Nacional el 16 de agosto y con la cual la terminaba de que «e palante que vamos», no ha sido hecha suya por los funcionarios de su gobierno.

Cuando el Presidente Fernández expresaba esta frase de una manera enérgica, lo que estaba queriendo hacer era inocular en el animo de cada uno de nosotros el optimismo, el deseo ferviente de luchar incansablemente por desarraigar de nuestros corazones el espíritu de atribulación, pesadumbre, abatimiento, fracaso, con el cual la población se había contagiado, por la labor de la pasada administración.

Es imprescindible que cada uno de los funcionarios y de todos los dominicanos empiecen a hacer suya la consigna de que «e palante que vamos», libre de sectarismo político, pues el país es de todos y cada uno de nosotros, y es con la labor mancomunada de nosotros que echará para alante la nación.