La directora ejecutiva de Profamilia, Magaly Caram, consideró que la República Dominicana debe tener como referencia la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos que ha ratificado, que le obligan a adoptar medidas para promover la igualdad de sus ciudadanos y garantizar la vida y salud de las mujeres.
La afirmación viene a raíz del revés que tuvo el tema del aborto en los Estados Unidos donde la Suprema Corte de Justicia eliminó su protección.
“Sería una vergüenza que nuestro país volviera su mirada al Norte, a una corte que se encamina a una crisis de legitimidad profunda al desproteger a las personas de su país, en lugar de mirar hacia nuestros países hermanos del Sur Global, que tienen un liderazgo y legitimidad por proteger los derechos humanos de mujeres y niñas”, dijo.
Caram cree que esta historia no quedará ahí, porque las mujeres estadounidenses son resilientes y continuarán luchando por sus derechos a la igualdad plena y a su autonomía.
Indicó que al igual que Estados Unidos, en República Dominicana también existe una doble moral, ya que mientras se tilda de imperialismo y colonialismo la abogacía por medidas para garantizar los derechos de todas las personas en igualdad de condiciones, especialmente los derechos sexuales y reproductivos; la promoción de medidas extremas para despojar de derechos humanos a mujeres y juventudes tiene cabida entre los grupos más conservadores del país, algunos incluso con representación en una parte del Congreso.
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Caram recordó que hace 49 años la Suprema Corte de Estados Unidos reconoció el derecho al aborto para todas las mujeres y personas con capacidad de gestar en toda la unión. Sin embargo ese organismo con una composición de extrema derecha, declaró que el derecho al aborto no está protegido por la Constitución Federal y que su criminalización o legalización queda a criterio de cada estado.
Entiende que con esta decisión, Estados Unidos se coloca junto a países como República Dominicana, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití, Jamaica y Suriname, únicos en la región que prohíben absolutamente el aborto aún en los casos más dramáticos, como la tres causales, (cuando la vida de la mujer corre peligro o se trata de un embarazo producto de violación sexual o incesto, o que el embarazo tiene malformaciones incompatibles con la vida fuera del útero).
“Algunos estados norteamericanos no permitirán abortos ni siquiera en esas tres causales, tal como ocurre en República Dominicana”, expresó.
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Considera que estas decisiones ponen en evidencia a una élite política y jurídica con una moral doble y con múltiples prejuicios contra las mujeres, pues mientras por un lado se aboga por una protección fundamentalista y descontextualizada de la vida desde la concepción, por otro se desprotege el derecho a la vida, amenazado diariamente por asesinatos masivos dirigidos contra niños y adolescentes, mujeres y hombres, debido a su origen étnico, racial o a su orientación sexual y expresión de género.
“Es una gran paradoja que una sociedad que ha querido mantener una hegemonía económica, política y cultural en América Latina, el Caribe y el mundo, ahora se vea aleccionada por tribunales del Sur Global, como los de México, Colombia y Ecuador, que han dado pasos decisivos para proteger el derecho a la igualdad y a la autonomía personal de las mujeres en la región”, expresa Caram.