En tiempos de mal tiempo

En tiempos de mal tiempo

Un criterio generalizado, incluso entre las personas que residen en zonas peligrosas, es que la prevención es tarea exclusiva de las autoridades. Es errado pensar de ese modo. Los primeros signos de prevención deben ser activados por el instinto de supervivencia, que nos impone una conducta cautelosa y sobria ante el peligro.

Las familias que viven en zonas bajo riesgo de derrumbes, inundaciones y otros peligros deben ser las primeras en activar su instinto de supervivencia y tratar de buscar refugio seguro ante las amenazas de un mal tiempo. Desde luego, quede claro que no estamos diciendo que la precaución ante el peligro anula  la obligación de las autoridades de dar socorro oportuno.

Ahora, en medio de tiempos de mal tiempo, bajo la amenaza de varias tormentas,  la gente que vive en lugares peligrosos debe contribuir con el trabajo de los grupos de socorro, primero que todo, no ofreciendo resistencia a la evacuación preventiva. Los grupos comunitarios de cada sector  podrían organizar y adelantar una eventual evacuación ante un peligro inminente. Por mucho que multipliquen sus esfuerzos, los grupos  de socorro ven limitada su capacidad de acción porque tienen que atender muchas contingencias a la vez.  Permanecer en el peligro es lo peor que puede hacer una familia bajo el pretexto de esperar que lleguen los  socorristas. Al mal tiempo,  prevención oportuna.

Más vale acostumbrarnos

Los cambios climáticos, debidos entre otras causas al calentamiento global, están imponiendo nuevos patrones y obligando a muchos países a modificar sus estilos de vida. La temporada ciclónica, por ejemplo, se ha hecho más activa y las perturbaciones han roto todos los esquemas de comportamiento. Las épocas de lluvia y sequía han sufrido desplazamientos importantes, con efectos en la producción agrícola.

Los países más vulnerables a estos cambios, entre los cuales nos encontramos por nuestra ubicación en la ruta de los ciclones, tendrán que hacer ajustes y adaptaciones para poder preservar sus niveles de producción, principalmente de alimentos. La frecuencia de las lluvias y la saturación de suelos obligan a reprogramar ciclos de siembra y a mejorar variedades. Esta semana, por ejemplo, se pronostica que será muy activa en pluviometría, posibles inundaciones y amenazas de huracán. Más vale acostumbrarnos.

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