Tirolí. Haití
En esta comunidad la miseria espanta. Aquí no cabe más desesperanza ni desolación. Visitar este lugar es como penetrar al guión de una película triste y gris que refleja todo lo que soportan los que viven en pobreza extrema.
En ese poblado, dividido del lado dominicano por la carretera Internacional, viven más de mil familias que solo sobreviven porque las fuentes de ingreso y los servicios básicos son precarios, por no decir inexistentes.
La bienvenida al poblado la dan niños de 4 a 7 años que claman por algo para comer.
Yan Minier, de 64 años, se dedica a la venta de las pocas frutas que puede recolectar en la zona, para lo que se traslada al mercado binacional en Dajabón, o en los poblados más cercanos.
Pero lo que logra vender apenas da para sobrevivir junto a su esposa Flor, una dominicana de Villa Anacaona con quien convive desde hace casi 40 años, y con quien procreó cinco hijos, de los cuales dos residen en Puerto Príncipe y tres en la región Norte de República Dominicana.
Minier cuenta que aquí los servicios básicos son muy escasos, no hay energía eléctrica, la carretera es pésima para el traslado hacia las demás comunidades haitianas, o al territorio dominicano que es el principal destino para la búsqueda de alimentos.
El suministro de agua potable es deficiente, y los servicios de salud son pésimos, por lo que tienen que trasladar a los enfermos a los hospitales dominicanos, refirió.
En un español un poco confuso, don Yan expresó su preocupación por la suerte de los jóvenes de la comunidad, pues como las oportunidades de trabajo son escasas se dedican al motoconcho, o simplemente a no hacer nada.
“Los muchachos están creciendo, pero tenemos miedo ya que aquí no hay de na, aquí lo único que hay es mucha miseria, el presidente de ahora (Jovenel Moise) ni los otros se preocupan por Tilorí. Pero el de ustedes tampoco (Danilo Medina) tampoco, porque esa carretera que pasa por ahí también es de ustedes”.
Sobre la crisis política que afecta a su país, por la exigencia de los partidos opositores de que renuncie el presidente Moise, Minier dijo que conoce muy poco de esa situación, porque lo único que le interesa es recolectar frutos para venderlos en el mercado y mantener a su familia.