Lo clásico. ¿Pero qué es lo clásico? Los libros solemnes realizan inconvincentes piruetas con la definiciones. La Real Academia Española nos ofrece nueve. Ninguna me parece adecuada. Afirma (séptima acepción): “Dicho de la música y de otras artes relacionadas con ella, clásico es lo que tiene tradición culta”.
Aquí tendríamos que internarnos en el espeso bosque de terminologías definitorias del término “cultura”… y se nos acabaría el espacio, así que debemos cambiar la marcha, dejar de lado los términos y utilizar libremente “música clásica” y “cultura”.
Con apenas tres días de distancia, he tenido el gran placer (y hasta el asombro) de asistir a dos magníficas demostraciones de alto nivel musical. El lunes 20 del corriente escuché el sorprendente recital organizado por la Fundación por la Música dentro de su “Programa de Violín Gabriel del Orbe”, que honra al más grande violinista dominicano, cuyo nombre aparecía en las carteleras europeas en plano de igualdad con las más ilustres figuras del violín en el siglo XX. ¡Justicia al fin!
El jueves 23 del mismo mes, otro merecido honor. Esta vez al inolvidable maestro Manuel Simó, con la XVI Temporada de la Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música dedicada a este ilustre compositor y profesor de altísimo nivel, pródigo en la enseñanza de las diversas técnicas requeridas para la creación musical, y un ser humano carente de egoísmos, que desde su extensa función como director de la Orquesta Sinfónica Nacional, (1959 a 1980) instó y facilitó el desarrollo de jóvenes con talento para la dirección sinfónica y la creación musical.
Ejemplo de la certeza de su juicio es el compositor y director de la Sinfónica Juan Pablo Duarte, del Conservatorio, el joven maestro Dante Cucurullo, quien nos sorprende con una labor ardua y ambiciosa, al embarcarse en composiciones tan demandantes como la Sinfonía No. 1 de Igor Stravinsky, la obertura “Candide” de Leonard Bernstein, además de permitir el necesario “fogueo” de una violinista de la juvenil orquesta como solista de la Leyenda Op. 17 de Henryk Wieniawsky.
El Conservatorio, actualmente bajo el control de la profesora María Irene Blanco, se está ampliando hacia todos los instrumentos que requiere una sinfónica, especialmente las cuerdas –por lo numerosas– y creo que por ese camino llegaremos a contar con otra sinfónica, además de la Nacional, que ha continuado su elevación con refuerzos necesarios y mayores exigencias, ahora en manos del talentoso maestro José Antonio Molina.
En cuanto al Recital 2014-2015, presentado en la sala José María Bonetti Burgos de APEC, el 20 de abril, es resultado de los incansables esfuerzos de la Fundación por la Música que preside Margarita Auffant Najri. La asiste la vicepresidenta de esta entidad, Farida Diná, y un pujante grupo de entusiastas colaboradores y numerosos asistentes, patrocinadores y donadores de becas, todos apoyados por la excelente labor de dos brillantes violinistas: Paul Kantor y Timothy Kantor, quienes cuentan con la valiosa actividad magisterial permanente de profesores residentes en el país.
Estamos creando con el violín –con las cuerdas– una transformación didáctica y de altitud de metas que recuerda las que realizaron Manuel Rueda con el virtuosismo del piano y Manuel Simó con el estudio científico de la música a niveles insoñados.
Estamos viviendo momentos trascendentales para el elevado arte musical.
El que trasciende la limitación de “música clásica”.
¡Enhorabuena!