En los anales de la literatura dominicana inexplicablemente la presencia del béisbol, nuestro principal deporte de la identidad nacional ha sido un tema muy escaso entre nuestros escritores de géneros de ficción como la novela, el cuento, la poesía y el teatro. Por ello constituyó un gran acierto la realización del Primer Concurso de Cuentos sobre Béisbol organizado por el Ministerio de Estado de Cultura, con el objetivo de impulsar una amplia propuesta con la integración de un sinfín de situaciones y anécdotas que ocurren en nuestro tradicional juego de pelota, una actividad de honda raigambre en nuestra cultura.
Los positivos resultados de esta importante iniciativa no se hicieron esperar con la publicación del texto “Jonrón 600” en el año 2008, una selección de 13 Cuentos Premiados con participantes locales de reconocida nombradía y noveles promesas, cuyos relatos recogen aspectos relacionados con las vivencias apasionadas y el fanatismo desbordante sobre el béisbol, denotándose una rica variedad de estilos y técnicas narrativas del cuento contemporáneo.
Ha sido la primera y hasta ahora única edición de este singular libro con una limitada tirada de 1,000 ejemplares; lamentablemente no ha contado con la merecida difusión y promoción a gran escala, cuyo contenido garantiza una placentera e ilustrativa lectura para los amantes de la literatura, los estudiantes y los fanáticos del béisbol de nuestro principal pasatiempo nacional.
Con sobrada razón el presentador del texto Jonrón 600, el escritor Luis R. Santos, en su originalísima y fina exposición afirma que el béisbol ha sido un filón definitorio de lo dominicano, una presencia inmutable en nuestra cotidianidad, una parte inseparable de eso que llaman el ser nacional.
Dedica mucho más espacio a las características de los torneos locales y sobre el aspecto crítico literario realiza una muy apretada síntesis, quizás urgido por la considerable cantidad de las narraciones premiadas. “hay que destacar –explica -la riqueza anecdótica de algunos de los trabajos, el ingenio de otros, el manejo de la técnica del cuento en la mayoría y una bien lograda conjunción de pelota y política en al menos dos cuentos.”
Sobre el último aspecto (pelota y política) se refiere a dos de los mejores cuentos del concurso: The Real Thing, y Una Simple Pelota. El primero es el ganador del primer premio, de la autoría de Alexis Gómez Rosa, consagrado poeta nacional de prestigio internacional, y el segundo (“mención honorífica”) es una creación de Efraín Castillo, prominente intelectual dominicano, que ha descollado como novelista, cuentista, dramaturgo, publicista y crítico.
El segundo premio correspondió al cuento De Cuando María-Machito notó que volaba, escrito por el promisor joven Daniel Ernesto Reyes Germán, nacido en Santo Domingo en 1988, quien es licenciado en letras de la UASD, compositor y músico. El tercer premio correspondió a El Milagro de Samuel, nacido en El Seibo en 1967; ha incursionado en los géneros de cuento y novela.
Otras menciones de honor correspondieron a Bismar Galán (Entre la Fe y el Play); José Bobadilla (El extraño juego de los hombres azules); Yolanda Núñez (La serie del rey del béisbol); Moisés Muñiz Patin (Juancito, el pelotero); Justiano Estévez (El Palo más largo del mundo); Alejandro Gautreaux (El debut de Negro Prieto); Adelle Pichardo (La apuesta); Sandra Tavárez Colón (Hoy es ayer).
Volviendo con Gómez Rosa nos une una relación muy personal, pues siendo mozalbetes vivimos los mismos escenarios en Los Minas y el Ensanche Ozama, compartiendo las ligas de béisbol y la sangrienta barbarie de los años 60 y 70, que ahora al leer su genial cuento mezcla de realidad y ficción, lo recuerdo vivazmente con la resignación de los sobrevivientes, impresionado con sus focos narrativos y planos espacio-temporales.