El conductor de la camioneta que ayer atropelló a peatones en la ciudad canadiense de Toronto con saldo de 10 muertos y 15 heridos fue inculpado hoy en un tribunal de 10 cargos de homicidio premeditado.
En su primera aparición ante una corte, Alek Minassian, de 25 años, permaneció de pie vestido con mono blanco de presidiario, la cabeza rapada y las manos detrás de la espalda. También fue acusado de varios cargos de intento de asesinato.
El sospechoso, de 25 años, fue detenido rápidamente en una tensa pero breve confrontación con agentes a unas manzanas del lugar donde su vehículo se subió a la acera y circuló alrededor de un kilómetro y medio (una milla), dejando un rastro de personas ensangrentadas y cadáveres a su paso.
El primer ministro Justin Trudeau desestimó el martes la posibilidad de que se haya tratado de terrorismo, afirmando que no parece haber elemento alguno que comprometa la seguridad nacional.
El suceso «no nos ha hecho cambiar el nivel de alerta en Canadá», dijo el primer ministro en conferencia de prensa, a pesar de que ocurrió en momentos de una reunión del G7 en Toronto.
Hasta el momento, las autoridades no revelaron el posible motivo del incidente, aunque el jefe de la policía señaló que pareció intencionado. «Definitivamente el incidente pareció deliberado», dijo el jefe de policía Mark Saunders a reporteros en una conferencia de prensa a última hora de la noche.
El sospechoso, Alek Minassian, que vive en Richmond Hill, un suburbio de Toronto, no tenía antecedentes policiales, señaló Saunders. Un perfil en redes sociales lo describía como estudiante universitario.
Preguntado por si había evidencias sobre vínculos terroristas, el jefe de la policía dijo: «Basándonos en lo que tenemos, no hay nada que comprometa la seguridad nacional en este momento».