Una carrocería de un autobús escolar viejo y abandonado, con parte de los laterales tapados con madera, sobre algunos bloques de concreto y palos parados son parte de lo que funge como la casa de una familia que perdió su residencia debido a los deslizamientos de tierra por las lluvias acaecidas el pasado mes en el Cibao.

Allí, en ese pequeño espacio, donde se distribuyeron sus pertenencias para poder acomodarse, vive una señora que comparte el autobús junto a sus cuatro hijos y su madre de 80 años, la cual tiene problemas de salud.

«No cabíamos mucho. Somo seis en la casa. Con esta agua (la casa) se terminó de derrumbar», cuenta Bernarda Marte, que vive a la orillas de una cañada en el nuevo distrito municipal de Santiago Este.

Es por eso que piden a las autoridades que vayan en su auxilio, ya que no cuentan con los recursos necesarios para poder salir de la situación a la que la llevó el deslizamiento de tierra producto de las lluvias.

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Por la misma situación atraviesan otras cuatro familias, las cuales perdieron su residencia a causa del siniestro.

«Estamos sin casa ya. Porque ya las cinco casas se van a ir, se llevó tres y quedan dos derrumbadas», dice una de las residentes del sector afectada por los derrumbes.

Se recuerda que desde el pasado mes se han registrado varias vaguadas las cuales han provocado inundaciones, principalmente hacia la región del Cibao, donde el Gobierno ha tenido que ir en su auxilio.

Hace varios días, en Sánchez, Montecristi, las autoridades del Gobierno central se apersonaron para analizar y mitigar el impacto de la inundaciones debido a los 155.8 milímetros de lluvia que cayeron en tan sólo 24 horas, provocando que especialmente hacia las zonas urbanas se produjeran fuertes inundaciones.