EN VENEZUELA
Adelantando los relojes, retrocediendo en el tiempo

<STRONG>EN VENEZUELA<BR></STRONG>Adelantando los relojes, retrocediendo en el tiempo

Por Simon romero
The New York Times News Service
CARACAS, Venezuela — «La Rutina de la Ciudad se Adaptará a la Nueva Zona Horaria», decía el titular del jueves de Ultimas Noticias, el diario de más circulación en Caracas. El tabloide, que simpatiza con el Presidente Hugo Chávez, describía a continuación los beneficios del plan del mandatario de adelantar los relojes media hora es una medida para mejorar el «metabolismo» de sus conciudadanos.

   En una época de asombrosos anuncios políticos de Chávez, no sorprende que tomar un periódico en la República Bolivariana de Venezuela en ocasones se sienta como examinar al periódico de parodia The Onion. Las recientes declaraciones de Chávez hacen que algunos venezolanos se pregunten por la fuente de inspiración de sus decisiones más recientes.   El 19 de agosto, Chávez presentó planes para construir un conjusto de ciudades isleñas artificiales, destinadas a demarcar la soberanía de Venezuela en el Caribe, e importar 5,000 rifles rusos para francotiradores para armar a guerrilleros en caso de una invasión estadounidense. También fue el día en que anunció el cambio en la zona horaria.   Esos anuncios reflejan los profundos cambios a las instituciones políticas que han permitido a Chávez hacer más sólido su dominio del poder. El suyo es un gobierno destinado a dejar una marca simbólica en todo desde el escudo de armas del país — rediseñado con un caballo blanco que apunta a la izquierda, en sincronía con las ideas izquierdistas del presidente — hasta sus buques tanque, rebautizados en honor de personajes históricos en vez de reinas de belleza.

   La propuesta del cambio de horario — planeada para acompañar una modificación a un día laboral de seis horas a medida que Chávez acelera un proyecto de inspiración socialista para transformar a la sociedad venezolana — causó asombro en todo el mundo.

   Pondría a Venezuela en compañía con Afganistán, India, Irán y Myanmar, países que compensan el tiempo en incrementos de media hora de la Hora de Greenwich. (Nepal se destaca, con sus relojes 15 minutos por delante de India y 5 horas y 45 minutos por delante de Greenwich, Inglaterra.)



   El asesor de ciencias de más alto rango de Chávez, Héctor Navarro, cuyo título oficial es ministro del poder popular para la ciencia y la tecnología, justificó el cambio diciendo que mejoraría el metabolismo y la productividad de los venezolanos al darles más acceso a la luz del sol cada día.

   La política también esstá en juego en el cambio de zona horaria. Navarro dijo a la agencia noticiosa oficial de Venezuela que la medida revertiría una decisión de retroceder los relojes media hora a mediados de los años 60 durante la administración de un presidente anterior, Raúl Leoni, «un gobierno de los intereses de la burguesía en el cual los aspectos que afectaban a los seres humanos estaban vinculados a las utilidades de las compañías».

  Como las propuestas de Chávez y sus altos funcionarios se están volviendo más impredecibles, Francisco Rodríguez, alguna vez simpatizante de Chávez como economista en jefe de la Asamblea Nacional y ahora un crítico, recomienda una cuidadosa lectura de la rica historia de los «caudillos» de Venezuela como una forma de comprender su estado actual.

   Rodríguez, que enseña estudios latinoamericanos en la Universidad Wesleyan, dijo que el predecesor más cercano de Chávez en estilo era Cipriano Castro, que gobernó al país de 1899 a 1908. Como Chávez, Castro tomó el control de compañías extranjeras y soñaba con restablecer el proyecto «Gran Colombia» de Simón Bolívar para una unión de Venezuela, Colombia y Ecuador.

   Castro también tenía poca consideración por la arrogante élite económica de Venezuela. Hizo encadenar a los banqueros del país, los hizo desfilar por todo Caracas y los metió en prisión por negarse a condonar la deuda interna. Ellos lo hicieron al día siguiente.

   Y, dijo Rodríguez, la reforma constitucional de Castro de 1904 es «inquietantemente similar» a la revisión constitucional de Chávez este mes, al eliminar los límites de mandato, incrementar el número de vicepresidentes y en gran medida reduir el poder de los gobiernos provinciales.

   «La buena noticia para los anti-Chavistas es que Castro permaneció en el poder sólo hasta 1908», dijo Rodríguez. «La mala noticia es que fue reemplazado por su vicepresidente, Juan Vicente Gómez, que permaneció en el poder hasta 1935».

   Dados los aspectos teatrales de Chávez, puede ser fácil perder de vista la amplitud del cambio político y económico que ha puesto en marcha, en casa y el extranjero.

   Dentro de la OPEP, Chávez ayudó a enderezar la espina dorsal del cartel a través de un cabildeo frenético para reducir la producción petrolera, lo que contribuyó a hacer subir los precios del petróleo esta década.   Y ha desafiado a la supremacía del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en los círculos financieros latinoamericanos ofreciendo préstamos a bajas tasas a países como Argentina, Bolivia y Ecuador.

   Pero los cambios más radicales de Chávez han tenido lugar en Venezuela, especialmente desde su reelección en diciembre para un mandato de seis años.   Ha forjado un Partido Socislista único para sus seguidores; nacionalizado las compañías petroleras, telefónica y de electricidad; obligado a que una estación televisiva crítica saliera del aire; y fortalecido, en medio de una creciente inflación, los controles de precios sobre productos básicos como pollo, leche y huevo.   Sus ambiciones de reescribir la constitución harían más estricto su control sobre las instituciones políticas, circunscribiendo efectivamente la influencia de oponentes a cargo de algunos gobiernos municipales y estatales.    Más controversialmente, el proyecto de reforma permitiría a Chávez ser reelegido indefinidamente.

Publicaciones Relacionadas