Con la llegada de este nuevo verano, la población dominicana está viviendo una de las temporadas de calor más fuertes de los últimos años. Salir a la calle para muchos es un infierno y, estar en casa, ya sea en la antesala, resulta asfixiante, esto último producto de los extensos y constantes apagones. Para combatirlo se hace imprescindible, aparte de reducir el número de actividades cotidianas, cambiar la forma de vestir y por supuesto de alimentación.
En esta época del año, la nevera de algunos hogares adquiere un nuevo look, pues las verduras, hortalizas, helados y bebidas refrescantes se apoderan de ella.
El calor propio del verano invita a las personas a no consumir alimentos que aporten calorías en exceso, en cambio la temperatura sugiere ingerir más agua de lo acostumbrado para reponer la pérdida de líquidos que produce la sudoración.
Los dos litros diarios de agua que el cuerpo requiere tiene que duplicarse a fin de compensar las pérdidas producidas debido a las altas temperaturas.
Según los expertos, las temperaturas veraniegas pueden llegar incluso a cuadruplicar las del invierno y eso requiere, por un lado, una gran capacidad de adaptación por parte del organismo. De ahí que la alimentación de verano deba ser menos rica en grasas y mayor en hidratos de carbono y líquidos.
En estos días, siempre es aconsejable reducir la cantidad de alimentos porque para enfrentar el calor, el cuerpo baja su temperatura interior y la digestión se hace más difícil.
Por otra parte, se puede refrescar la comida tomando sólo platos de verduras propias de la temporada y sustituyendo las carnes por pescados frescos a los que se acompañará con yogur, jugos y zumos de vegetales. Si se consume carne, mejor que sea ligera, particularmente adobada con poco sazón.
Es preferible la fruta que refresca, como peras, ciruelas, pepinos, manzanas, melocotones, sandías y melones, pero siempre cuidando los excesos.
El pan es un alimento excelente si está hecho de trigo de calidad, sin impurezas y bien cocido. No es recomendable comer mucho dulce.
Aunque hoy día se confunde el término dieta con la noción de belleza, no se debe obviar su repercusión en aspectos tan cotidianos como el bienestar físico, el equilibrio de la piel o el estado anímico. El calor se une a la apuesta por la comida fresca y exquisita.
[b]Para refrescar el verano[/b]
[b]- Sopas frías y cremas[/b]
Las sopas de vegetales resultan un complemento de la comida veraniega o como plato único.
Se pueden preparar con zanahoria, papa, brócoli, coliflor, tomate o cualquier otro vegetal de la preferencia del comensal. Además, con estos vegetales y algunas frutas se pueden preparar ricas cremas. Preparar cremas a base de puerro, auyama y apio, así como de melón con trozos de jamón y sandía constituyen un toque de alta cocina.
[b]- Los zumos[/b]
Los zumos son otro de los puntos fuertes del verano. No sólo aportan vitamina C, especialmente los cítricos, sino también elementos minerales como el potasio.
Actualmente pueden conseguirse además con facilidad frutas tropicales como la lechosa, chinola, piña y mango que son ricos en fermetos digestivos.
Además, hay que tener en cuenta que al tomar zumos variados, el organismo se beneficia del efecto sinérgico de todos los nutrientes. El zumo tiene propiedades diuréticas, alcalinizantes, antioxidantes, remineralizantes y tonificantes.
[b]- Las infusiones[/b]
Son útiles en toda época del año para equilibrar el organismo. Durante el verano las infusiones frías son excelentes, además de las propiedades que aportan cada planta o flor, el aporte de líquidos las hace doblemente útiles.
Las recomendadas son las preparadas a base de manzanilla, tilo, hoja de menta, hierbabuena, tomillo o hinojo.
[b]- Ensaladas[/b]
Una de las comidas más consumidas durante el verano por las personas que comen de manera sabia son las ensaladas. Existen una infinidad de formas para prepararlas, tan solo se tiene que usar la imaginación y por supuesto escoger las más frescas del mercado.
[b]- Los jugos[/b]
Durante el verano los jugos naturales vienen a jugar un papel de gran importancia, gracias no sólo a lo refrescante que puedan resultar sino por los aportes vitamínicos que agregan al organismo. Es importante aprovechar las frutas de temporadas, como es el caso de los mangos, lechosa, piña, chinola y guineo.