LLENNIS JIMÉNEZ
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El director del Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó, Martín Lank, a quien se le confió el estudio de la Segunda Palabra que dijo Jesús en la Cruz, lamentó que muchos quieran construirse su pequeño paraíso a costa de la miseria y el infierno de los demás.
Afirmó que son falsos muchos paraísos de verjas altas, que sólo permiten la entrada de quienes van como servidumbre. Lenk entiende que el paraíso siempre tiene que ser para todos. Planteó que se tiene la tarea de construir un mundo mejor, donde el progreso técnico vaya a la par con el progreso en la formación ética.
Lamentó que los seres humanos sueñen con paraísos artificiales, de tanta felicidad y que, de repente, corriendo detrás de esta felicidad, se descubre que este paraíso es falso, y que lo que hay es un negocio. Planteó que a las personas les gusta que les prometan el paraíso una y otra vez, por lo que cada cuatro años nos encontramos en un tiempo más propicio para promesas del paraíso.
Lo atribuyó a la misma necesidad del pobre, que permite creer una y otra vez en las promesas. Esto nos lleva a otra pregunta más: ¿El paraíso no es también una tarea de nosotros, no somos llamados a construir algo más en este mundo?
El jesuita opinó que el disfraz trae consigo una profunda desesperación, por la manipulación interesada. Tanto afán de gozar, como lo vemos paradójicamente en la Semana Santa, después, no es otra cosa que la lucha contra el sinsentido, que se asoma por todos los lados, precisó. Indicó que basta encender el televisor para escuchar comerciales que brindan el paraíso, cuando lo que vale es el amor de Cristo.
Las claves
1. Hoy estarás conmigo en el paraíso
La doctrina analizada por Lenk indica que con esta frase, Cristo promete, desde la cruz, el paraíso al buen ladrón, en respuesta a su petición: Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
2. Lo que se entiende
Afirma que no se entiende bien lo que es el paraíso. Pero sentimos dentro de nosotros un profundo anhelo de llegar al paraíso, a un lugar donde todo es felicidad.