Uno de mis grandes maestros en el periodismo es el veterano periodista don Ruddy González, a quien le agradezco eternamente. Cuando era director del diario Última Hora, me dio la oportunidad de trabajar en la redacción central donde, por primera vez sentí esa satisfacción que siente el corazón de un periodista cuando redacta una noticia y antes de la hora verla impresa en el periódico. Aparte de reportero de ese vespertino, fui columnista, articulista y editor de la revista y suplemento Escenario. Luego, Ruddy Leonel González, con más de 50 años en el ejercicio del periodismo, me dio trabajo en el matutino televisivo “Diario de la mañana” y en el semanario impreso “Diario@Diario”. Es uno de los comunicadores más serio y responsable que he conocido. No maquilla ni manipula las noticias, es un periodista veraz de agudo olfato para oler la noticia. Una de las tantas enseñanzas que tuve de este maestro, es que decía, a pleno pulmón en la redacción de Última Hora, que el único activo que tiene el periodista es su reputación y credibilidad. No importa a que área del hacer periodístico pertenezca: deportivo, económico, político, social o espectáculo. La reputación y la credibilidad están estrechamente vinculadas. La mejor presea que posee don Ruddy es que en los años de ejercicio, nadie ha desmentido una información que él haya ofrecido.