Hoy se cumple un mes de que tres niños resultaron quemados en el barrio El Tamarindo tratando de imitar y recrear el video del reguetón del boricua Bad Bunny y el dominicano El Alfa. Por este hecho resultó muerto el niño de 7 años de edad, Franklin Mieses, y las adolescentes Angely Mora, de 14 años, y Perla Masiel Mora, de 11, sufrieron quemaduras graves.
He escuchado a teóricos, unos calificados y otros no, culpar solamente a los padres de esta tragedia; sin embargo, no es una responsabilidad solo de los padres, sino también del Estado y de la sociedad. El Estado debe vigilar, como expresa la Constitución y las leyes adjetivas, por el cuidado de los ciudadanos, principalmente, de los mayores de edad, discapacitados, niños y adolescentes. Es deber de la sociedad, y todas las organizaciones que la componen, promocionar los buenos valores, y no que la gente, incluyendo niños, perciban como buenos y válidos a falsos ídolos, como son los artistas cuestionados como antivalores. Los premian y con el ejemplo matan a nuestros niños. Entonces, ¿les quieren echar toda la culpa a los padres? Mientras tanto, el muerto muerto queda. Así como estas víctimas trataron de imitarlos, miles de niños en algún rincón del país están haciendo lo mismo. Por lo visto no existe un régimen de consecuencias, mientras tanto, ¿quién mató al niño?