Ya era tiempo de que en algún rincón de la ciudad capitalina se habilitara un espacio que sirviera para presentar espectáculos populares y, además, de esparcimiento familiar.

Me refiero al Anfiteatro Nuryn Sanlley, un pequeño Chavón enclavado en lo que hora llaman el Parque Iberoamérica.

Recuerdo que ahí estaba el antiguo zoológico con su famosa mona “Chita”, luego construyeron el Conservatorio Nacional de Música y una edificación donde se aloja las escuelas de Bellas Artes. Pues bien, no tiene nada que envidiarle a ningún escenario dominicano, y cuidado, porque he visitado anfiteatros de otros países, principalmente en el Caribe, EEUU y Europa, y éste le lleva comodidad para los artistas y para el público.

Es una magnífica obra, edificada por el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Además, este escenario va a beneficiar grandemente a los profesores y estudiantes del Conservatorio de Música y a la Escuela de Bellas Artes, donde pueden presentar sus conciertos, espectáculos de danza y teatral.