En vivo. Aprendí que…

En vivo. Aprendí que…

Un día estaba yo, con un traje a la medida del diseñador Leonel Lirio, cabalgando en la alfombra roja de los Premios Casandra (hoy Premios Soberano), entre cámaras, luces y lentejuelas, y al otro día me encontraba cabalgando en una camilla de un hospital.
Mi vida cambió radicalmente, dio un vuelco de casi 360 grados después del accidente cerebro vascular (ACV) el 24 de marzo del año 2010.
Cuando tu vida pende de un hilo, tu aliento de una máquina, ahí, en el fondo del abismo, cuando la muerte acecha como un ladrón en la penumbra, tú piensas, si es que piensa: “para qué tanto esfuerzo si al final todo queda”.
Realmente, muchas veces tenemos que estar cerca de la muerte para aprender a vivir mejor. Lo que aprendí de esa lección de vida, entre otras cosas, es que uno está vivo y sano ahora, y en un segundo, en un tris, en un chasquido se nos va la existencia.
Y todos los proyectos, todos los sueños se esfuman, de la misma manera se esfuman los amigos.
Cuando Dios te da la oportunidad de regresar al mundo de los vivos, percibe la vida en otra perspectiva.
En un momento, cuando estaba postrado en una cama sin poder moverme y sin poder hablar, encerrado en mi propio cuerpo, pensé: “me quedo aquí o, en cambio, me levanto y sigo adelante”. Decidí por la mejor opción.
Solo puedo decir a mis amigos, los pocos que me quedan, que sean felices, por encima de todas las adversidades.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas