La merenguera Juliana se ha pasado su vida luchando contra las adversidades, siempre con una fe envidiable y con una actitud positiva. Esto no quiere decir que no se derrumbe a cada momento con tantas situaciones desfavorables de salud. A los doce años le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin; luego, en 2013, en plena gloria de su carrera artística, un cáncer de tiroides, y cuatro años más tarde, en 2017, un cáncer de mama. Con este último está pasando por un proceso normal después de la quimioterapia. Su estado de salud no ha empeorado. La propagación de falsas noticias sobre su estado de salud ha traído preocupación a los familiares, principalmente a la madre de la merenguera. Esto no puede seguir sucediendo. Hay que sentar precedente con el sometimiento a los tribunales de la República de esos difamadores de las redes sociales, de esos terroristas e inhumanos. Recuerdo que cuando sufrí el ACV, dijeron en un programa de televisión que me había muerto, y mi madre, doña Carmen, se estaba volviéndose loca. El daño emocional que eso produce es irreparable. Hasta la misma artista, dentro del malestar que le produce la quimio, tuvo que aclarar que no estaba grave. La artista expresó su agradecimiento por las oraciones y mensajes bonitos, pero aclaró que su proceso de salud sigue normal. Vamos a seguir orando por esta guerrera de la vida.