La formación cultural que tengo se la debo, en gran parte, al teatro. Como trabajador de la tabla me forjé como actor y director, además que participé en alguna creación de dramaturgia colectiva.
En una obra teatral confluyen todas las artes, ballet, actuación, música, declamación, canto, escultura, arquitectura, pintura, fotografía, audiovisual y poesía.
En los últimos años, el teatro ha experimentado un importante avance, con producciones de alta calidad, de la literatura teatral montada con los mejores talento del arte criollo. Con buenos textos, actuaciones y una excelente dirección.
Como digo una cosa digo la otra. He visto algunas obras de teatro que dan pena y vergüenza, ya sea por el mensaje que llevan como por la pobreza de actuación, dirección y puesta en escena.
Pero una de esos montajes teatrales que hay que resaltar por su alta calidad, estéticamente bien lograda, buena dirección y actuaciones, es “Le Prénom” (El nombre), una comedia dramática francesa que contó con las actuaciones de los actores Richard Douglas (¡magnífico!), Gianni Paulino (¡espectacular!), el actor de carácter José Roberto Díaz (¡excelente!), Pepe Sierra (¡bien!) y Elizabeth Chahín (¿?).
Antonio Melenciano realizó una buena dirección en la pieza teatral, producida por la empresa Atrévete.