Estamos en la cuenta regresiva para los Premios Soberano que cada año entregan Acroarte y Cervecería Nacional Dominicana, y la gran preocupación no es la producción, ni tampoco los artistas; no, el verdadero dolor de cabeza lo representan las benditas boletas.

El aforo del Teatro Nacional tiene una capacidad de mil 500 asientos… se quitan casi 200 butacas para las siete cámaras, incluyendo la grúa, y las tres primeras filas de asiento para dar más profundidad a la escenografía… de los 800 asientos que restan, se saca una buena parte para el patrocinador principal, para los co-patrocinadores… ¡Ah!, los artistas invitados que no están nominados, pero por su prestigio merecen estar presentes en el ceremonial… y también los artistas que no están nominados, pero participan en el espectáculo, que son muchos… vienen quedando apenas 150 asientos.

Pero ¡caramba!, se me olvidaban los más importantes, los sacrificados cronistas de arte que idearon la premiación. En Acroarte hay un total de 250 miembros, 200 que participan activamente en los jurados de los premios… ¿y entonces?

República Dominicana tiene una población de más de 10 millones de personas, a la mitad le gustaría ir al ceremonial… y de ellos estoy seguro que un millón está pidiendo boletos para ir a un sitio que solamente alberga 1,500 personas… Por más que calculo, no me da la cuenta, ni siquiera con la matemática de Baldor.