Le debo parte de mi formación al teatro, porque yo hice teatro y me formé bajo el método de Stanislavski, el ruso revolucionador de la actuación, de modo que tengo conocimientos ese arte. En ese sentido, la actriz Flor de Bethania Abreu, declarada Dama del Teatro por el III Festival Nacional del Teatro, por sus 60 años dedicada a ese arte, dijo la otra semana que Quisiera que se hiciera menos teatro basura. Me quito el sombrero, como me lo quité el viernes cuando la encontré dándole la bienvenida al público que acudía al Palacio de Bellas Artes a ver su montaje El cruce sobre el Niágara, pero con todo mi respeto no estoy de acuerdo con esa declaración.
El teatro es una de las disciplinas que experimenta un auge vertiginoso en los últimos años, con producciones buenas, montajes excelentes, a pesar de no contar con el patrocinio del sector público y privado.
Y ahí está la muestra: el Festival de Teatro, con un éxito total, con producciones buenas. Mientras tanto, todo el año los trabajadores de la actuación se la pasan mendigando patrocinio. Hasta la próxima columna.