Familias que habitan en lugares vulnerables en el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo temen ser arrastrados por ríos y cañadas, o quedar  sepultados de incremnetarse las lluvias.

La situación se agrava para quienes habitan en  la parte baja de Gualey, próximo al río Ozama,  por donde el Gobierno construye la avenida Perimetral,  debido a que ahora las aguas de las cañadas se represan con el relleno. 

A pesar de que cada año se producen inundaciones y deslizamientos, muchos residentes en las cercanías de  ríos, cañadas y pendientes no saben hacia dónde acudir en caso de emergencia, ya que no han sido informados sobre la ubicación de los refugios.

En esa zona existen cinco manantiales naturales que han sido represados.

Una de las cañadas es la de Los Franciscotes, que podría desbordarse ente cualquier aguacero, debido a que el relleno que levanta la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte (Opret) tapó la desembocadura.

En varias  viviendas son notorias las grietas provocadas por el desplazamiento de los equipos pesados de la Opret.

Sin embargo, los propietarios están con el grito al cielo, debido a que aunque han sido censados para ser desalojados, el organismo no dispone de los fondos.

Juan Carlos Romero, propietario de un pequeño taller de electrónica, mostró las grietas, tanto dentro como fuera,  surgidas a raíz de los rellenos, por lo que temen quedar atrapados cuando las lluvias se incrementen.

Patricia Gómez, coordinadora del Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (Copadeba), advirtió sobre posibles deslizamientos de tierra en el sector Jarro Sucio, donde hace más de dos años murieron bajo los escombros siete personas, seis de las cuales pertenecían a una misma familia.

Lamentó que todavía más de cien familias habiten la zona de peligro, a pesar de que las casas que construye Interior y Policía, para ser reubicados, en la comunidad de Higuero, llevan casi un año en proceso de terminación.