Encontró «un país desecho y destrozado»

Encontró «un país desecho y destrozado»

POR VICENTE SOBREVELA
El presidente Leonel Fernández dijo anoche que hace solo tres meses la República Dominicana «parecía un país desecho y destrozado» con unos niveles de devaluación del peso dominicano sin precedentes.

Fernández en un discurso sobre los primeros cien días de su administración dijo que al momento de llegar al gobierno la inflación se había disparado y las tasas de interés bancarias eran prohibitivas.

Además, dijo, la deuda pública se duplicó en los pasados cuatro años y el desempleo se incrementó, además de que menguó el poder adquisitivo de los salarios en más de 50%, por lo que la canasta familiar resultaba inalcanzable para la inmensa mayoría de los dominicanos.

Dijo que comenzó su administración «con un país virtualmente apagado, con una industria eléctrica en estado de colapso total y con los hospitales desabastecidos de medicina, y largas colas en la búsqueda del gas propano para cocinar».

Fernández dijo que desde el inicio se sumergió en una “paciente y laboriosa” tarea para tratar de enfrentar con éxito la situación de «catástrofe» heredada de la pasada administración y hacer que el país recupere la vitalidad y el dinamismo para enrumbarse por “senderos de paz, de progreso y bienestar.”

«En resumen», dijo, «encontramos un país quebrado, que parecía haber sido azotado por una tormenta perfecta, la cual, al paso de las lluvias de los vientos, había dejado un indescriptible panorama de desolación, de ansiedad e incertidumbre».

Indicó que encontró la República Dominicana a punto de declararse en cesación de pagos de sus obligaciones internacionales, y los atrasos con gobiernos y bancos superaban los quinientos millones de dólares.

Explicó el jefe del Estado que el segundo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se extinguió como consecuencia de los incumplimientos en que incurrió la anterior administración, mientras que la credibilidad y la confianza del país ante la comunidad internacional se evaporó.

Dijo que en año 2003, el gobierno se comprometió con el FMI a terminar ese año con un déficit fiscal de RD$1,982 millones, «sin embargo el déficit fue de RD$22,800 millones, lo que significa que el gobierno gastó esa cantidad por encima de los ingresos que recibió».

Informó que para este año 2004, el pasado gobierno hizo también compromisos con el FMI de generar un superávit de RD$4,702 millones, «pero en septiembre de ese mismo año, el déficit acumulado del gobierno central llegó a RD$19,634 millones, mientras que las proyecciones eran que para fines de este año alcanzarían unos RD$35,000 millones, lo que significa el 5% del Producto Interno Bruto».

«Lo señalado anteriormente significa que en el período comprendido entre enero del 2003 y septiembre del 2004, el gobierno dominicano gastó más de RD$42,000 millones por encima de los ingresos fiscales, lo que ponen de manifiesto el caos en que habían caído las finanzas públicas, producto de la irresponsabilidad de la anterior administración», señaló Fernández.

Dijo que dentro de ese exceso de gastos, hay alrededor de RD$15,000 millones que se utilizaron fuera de los canales del sistema presupuestario.

Explicó que además de la situación descrita, otro factor de gran trascendencia fue el déficit cuasifiscal del Banco Central, «la peor pesadilla financiera de la historia dominicana, la cual representa RD$30,000 millones adicionales sólo en pago de intereses».

Precisó que el pasado gobierno financió el déficit fiscal acumulando atrasos de pago de la deuda externa por RD$7,680 millones, lo que explica que el país redujera su calificación de riesgo en los mercados financieros internacionales de B a CCC, con la perdida de la credibilidad como deudor confiable en la comunidad financiera internacional.

Explicó que también se acumularon atrasos de pago de la deuda interna con la banca comercial del país por RD$9,000 millones, con los suplidores de gas licuado por más de RD$1,600 millones, «lo que provocó el continuo desabastecimiento de dicho producto, y con el sector eléctrico por más de RD$3,000 millones, debido al Fondo de Compensación, por el no pago de los no cortables del gobierno y por el Programa de Reducción de Apagones (PRA)».

Asimismo dijo que mediante la utilización de financiamientos procedentes de desembolsos externos, alcanzó los RD$7,000 millones.

Con relación a otras «indisciplinas» que se caracterizó el pasado gobierno, Fernández dijo que fue motivo de preocupación para los distintos sectores de la vida nacional, el nivel de endeudamiento que se verificó en los últimos cuatro años.

También se encontró un nivel de compromisos de deuda externa contratada que supera los RD$10,300 millones, «cifra que es necesario comparar con los US$3,600 millones de deuda que existía al 16 de agosto del 2000».

Manifestó que el endeudamiento se hizo sin ningún sentido de prioridad y todo el proceso de contratación de deuda externa «era un absoluto desorden».

Indicó que cualquiera institución se podría endeudar sin la existencia de un registro centralizado de deuda que permitiera conocer el monto real de las obligaciones internacionales del país.

Aseguró que el segundo acuerdo con el FMI fracasó y se dieron informes a ese organismo internacional que contrastaban con la realidad.

«En pocas palabras, el país fue sometido a una política de endeudamiento externo imprudente e insensata», dijo el jefe del Estado.

Explicó que producto de esa insensatez, actualmente hay cerca de US$2,500 millones en préstamos contratados que no pueden ser desembolsados, debido a las restricciones que hay que asumir para recuperar la estabilidad y normalizar as relaciones con la comunidad financiera internacional.

Fernández dijo que un informe sobre la República Dominicana preparado por el Economist Intelligence Unit, señaló que «al asumir por segunda vez la Presidencia, el doctor Leonel Fernández se enfrenta a un desafío intimidante, o dicho textualmente en inglés, a un daunting challenge, lo que traducido a buen dominicano quiere decir que en este gobierno veníamos a enfrentarnos a una situación que mete miedo».

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