La rabia y desesperanza es tan grande, que muchas personas dicen que los datos de la última encuesta Gallup-Hoy sobre la situación del país y sus perspectivas, y el desempeño del gobierno, se “queda corta” en relación a la realidad.

Pero resulta que en la misma, el 62% de la población está en contra de una posible re postulación del mandatario; no hay un solo renglón del desempeño del Dr. Fernández frente a los principales problemas que aquejan al país donde éste supere el 29% -construcción de obras; los demás, son rechazos radicales, rondando el 90%. Asimismo, más del 80% de los ciudadanos considera que “las cosas van mal en el país”.

Pero el mandatario, el Buró Político del PLD y el anillo de funcionarios de primer y segundo orden que acumulan fortunas en base a la corrupción y a la utilización de los resortes del Gobierno y el Estado, no sólo están empeñados en su reelección sino que parecen estar dispuestos a utilizar las propias instituciones de la nueva Constitución, como lo es el tribunal constitucional, para buscar un intersticio por donde imponer un nuevo período del mandatario.

Dos motivaciones mueven esos funcionarios, incluyendo el señor Presidente: La primera, que los desprendan de la ubre, siempre generosa, del presupuesto nacional, y la segunda, que cuando salgan del poder, una avalancha de organizaciones sociales y políticas, con la anuencia tácita de quien resulte gobernante, inicie una lluvia de acusaciones ante los tribunales de justicia, lo que, al igual que en 1986, arroje al zafacón a esta generación de políticos que han traicionado el ideal y el ejemplo de su ilustre “mentor”, el profesor Juan Bosch. Ambas motivaciones llevan a los seres humanos, la más de las veces, a traspasar los límites de la prudencia. Ejemplos sobran.

Agrava la situación los constreñimientos que le impondrá a los fondos disponibles en el presupuesto del 2011 el acuerdo con el FMI.

Ese es el panorama. El mandatario tiene poca libertad de maniobra. Su mejor y más dócil pupilo, el Dr. Rafael Albuquerque, apenas superó el 1% de simpatías al interior del PLD, y el licenciado Danilo Medina quedó como el más favorecido, por mucho, entre los candidatos alternativos dentro de su partido. Todo apunta a una situación de crisis alrededor de las decisiones que habrá de tomar el Dr. Fernández en los dos primeros meses del 2011.

Puede retirarse de la contienda en su discurso del 27 de febrero, pero inmediatamente desataría los demonios en el PLD y la sociedad organizada empezaría a preparar la inhabilitación política y moral de todo su equipo, al igual que en 1986.