El presidente Barack Obama confronta un cúmulo de encrucijadas y/o dificultades en relación a su proyecto de reelegirse el próximo 20 de noviembre a la presidencia imperial.

Una de esas encrucijadas, la primera, consiste en la situación económica ahora y en el momento de las elecciones, reto que el presidente Obama ha enfrentado no sólo con valor, sino con notable éxito, heredando  el caos financiero del presidente George W. Bush por los créditos basura del sector inmobiliario que estremeció las finanzas planetarias, peor que el crac de noviembre de l929, con más alevosía  y perversidad que aquel. 

El presidente Obama usó la estrategia de disponer al sistema financiero norteamericano US$700 mil millones, logrando recuperar en gran parte la tragedia económica que heredó de los republicanos, que carecen de autoridad moral y del liderazgo para disputarle la reelección, devolviendo el vigor del reto a las grandes transnacionales  de la industria automotriz y a la gran banca culpable en connivencia con la  Reserva Federal.   

La política del presidente Obama para documentar a los estudiantes ilegales en contra del predicamento republicano, será muy útil como determinativo en la consulta electoral por representar 13 millones de votos.   La semana pasada fue muy movida para el presidente Obama, recibiendo el cuatro al presidente del Estado de Israel, Simón Peres, y al siguiente el premier israelí Benjamín Netanhiau, garantizándoles a ambos su apoyo firme en relación a obligar a Irán desmantelar su proyecto de construir una bomba atómica.  El presidente Obama recibió en la jornada semanal pasada a Howard Friedman, presidente de AIPAC, el más poderoso grupo lobbysta israelí norteamericano, a quien reiteró su decisión de respaldo inquebrantable de preservar la integridad del Estado judío.   

Conforme es posible apreciar, aunque el presidente Obama no está cortejando la equidad con los palestinos, de propiciar como formuló desde un principio la proclamación formal del Estado Palestino, ha reducido esa expectativa a arrimar la sardina a la parilla de la reelección, y todo lo demás, incluyendo la victoria electoral en Rusia de Vladimir Putin, que le proporcionará muchos inconvenientes, vendrá luego del 20 de noviembre.